Un avión que se dirigía a Filadelfia se ve obligado a aterrizar en Lavacolla por un fallo eléctrico

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xoán A. Soler

El pasaje, que embarcó en Madrid, «empezou a inquietarse cando lle chegou un extraño olor a fume na parte traseira», cuenta uno de los viajeros

29 feb 2020 . Actualizado a las 19:47 h.

Un avión de American Airlines se vio obligado a realizar un aterrizaje imprevisto en Santiago a causa de un fallo eléctrico. El vuelo AA741 partió de Madrid con destino a Filadelfia a la hora programada, a las 13.00 horas. Todo iba según lo previsto hasta que el pasaje se percató por las pantallas que indican el itinerario, sobrevolando el Atlántico, que daban la vuelta y se dirigían hacia Lavacolla.

Llevaban poco más de una hora de viaje cuando al momento de confusión, al ver el nuevo destino, se unió «un estraño olor a fume na parte traseira do avión». «A xente empezou a inquietarse», cuenta uno de los pasajeros. Resultó ser un problema técnico. Según informaron más tarde a los viajeros, la causa fue un problema de combustión en un horno. Y, siguiendo el protocolo de seguridad, se solicitó el desvío hacia la pista más próxima para realizar allí las comprobaciones pertinentes.

«Sorprendeu que o piloto non parecía coñecer o aeroporto de Lavacolla. Segundo dixo, era a primeira vez que estaba nel», relatan. La operación de descenso se realizó sin incidencias y se desembarcó a los más de doscientos pasajeros, entre ellos el exdiputado socialista por la provincia de A Coruña Ricardo García Mira, quien se dirigía a Estados Unidos para una estancia de un semestre en la universidad de Cornell.

En un primer momento, los viajeros tuvieron que permanecer en la pasarela de acceso (finger) durante media hora. Luego, se les acomodaría en una sala, ya dentro de la terminal aeroportuaria, a la espera de que un equipo técnico se trasladase hasta Santiago para comprobar el alcance del fallo eléctrico.

Después de más de cinco horas en Lavacolla, parte del pasaje regresaba en autobús a Madrid y otra parte en avión para desde allí emprender de nuevo el vuelo a Filadelfia.