En Económicas

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO CIUDAD

11 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Mañana se cumplen 44 años del sonado encierro en Fonseca, entonces Económicas, de 320 estudiantes, entre los que me encontraba. El tiempo pasa muy rápido. Este periódico publicaba al día siguiente que «fuerzas de la Policía procedieron a rodear la Facultad, impidiendo el acceso a todas las personas». Antes se había logrado colar un torturador de la Brigada Político Social que siempre lamenté que no saliera con alguna marca en el cuerpo.

El encierro era una respuesta a la bárbara y desproporcionada actuación de los impopulares grises tras una asamblea de distrito que había tenido lugar en el campus por la mañana. Todo el Santiago estudiantil hervía, como hervía el país tras la muerte del dictador y sin atisbarse todavía la Constitución que garantizaba y garantiza las libertades.

Fue una noche festiva en la que cantó Benedicto. Y la unidad se rompió a la mañana siguiente porque el Partido Comunista mandó a su gente irse para casa ya que, dijo, el objetivo de llamar la atención ya se había conseguido. Se negoció y la Policía aceptó no cargar si salíamos de uno en uno, cosa que hicimos.

No somos Portugal, y aún hay miedo a recordar aquella ejemplar lucha por las libertades. Sobre este tema publiqué unas líneas hace tres años, que no provocaron ni una mínima respuesta. Los de la Brigada Político Social siguieron cobrando hasta la jubilación, y la ciudad ha olvidado. Va siendo hora de recordar que, por ejemplo, el famoso 1968 empezó aquí. ¿Y qué mejor sitio que la Praza Roxa para colocar algo que reivindique que algunos arriesgamos carreras e incluso vidas? Una placa, monumento o lo que sea que, por cierto, atraería al turista deseoso de hacerse una foto ante algo distinto.