Sus padres, Susana y Aurelio, tienen otros dos niños mellizos de dos años
02 ene 2020 . Actualizado a las 01:12 h.Antía "no tenía prisa" por venir al mundo, comentó su madre Susana Vicente, unas horas después de que la pequeña llegara al mundo en el Hospital Clínico de Santiago. A las ocho de la mañana del martes, Susana rompió aguas y fue trasladada al Clínico, desde su domicilio en Rianxo, de donde es natural. No habría novedades hasta las 5.51 horas del primer día del año. Cuando se produjo el cambio de turno, en la noche del 31 de diciembre, la matrona le dijo a Susana que podrían comerse las uvas con tranquilidad "porque estaba muy verde", y así fue. A las doce de la noche, Susana y Aurelio Vázquez, de Rois, conocido por Lucho, escucharon las campanadas y comieron las uvas con total normalidad sin que las contracciones supusieran un problema. "La verdad es que pensé que iba a ser la última del año", dijo Lucho. A eso de la una y media de la madrugada, las contracciones empezaron a ser "más seguidas y de las fuertes", pero aún tendrían que esperar unas horas más para poder ver la cara de su hija. Susana y Lucho tuvieron palabras de agradecimiento para todo el personal sanitario, "para los de todos los turnos, porque fueron muy amables y atentos". En especial, recuerdan el nombre de la matrona "Mercedes, que nos ayudó en todo". Lucho asistió al parto, y se mostró feliz por haber estado en ese momento. Susana y Lucho tienen otros dos hijos, Antón y Anxo, que nacieron hace dos años y medio, "prematuros y por cesarea". Antía, en cambio, "llegó en un parto natural, pero me pusieron el gotero a eso de la una y media más o menos, y entonces si que fue todo más rápido", explica Susana. Antón y Anxo ya saben que son los hermanos mayores de Antia, aunque tendrán que esperar a mañana para conocerla. "Están en casa con los primos. Hablamos con ello por la mañana, pero no los traeremos que son muy pequeños", comenta Susana.
Aurelio reconoce que "solo pensaba en que saliera todo bien, lo de tener más días libres para estar con ellas era secundario". Ahora que su niña pasa sus primeras horas de vida tranquilamente está contento, porque "son unas cuantas semanas más, y vendrán bien. Es como si me tocará el gordo". Lucho cree que "la baja de paternidad no representa un problema, y es bueno para la conciliación familiar. En mi empresa al menos no tenemos problemas".