Este servicio de comedor escolar es el más envidiado

Por Patricia Calveiro

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Los alumnos de Hostelería del CIFP Compostela lo elaboran, lo sirven y hasta hacen el pan

01 dic 2019 . Actualizado a las 11:37 h.

El servicio de comedor escolar es un tormento para muchos padres, pero el del colegio santiagués Lamas de Abade es la envidia de todos. Tanto, que hasta ha hecho que repunte la matrícula. ¿El misterio? La Anpa del centro supo aprovechar muy bien el tener de vecino al CIFP Compostela y firmaron un convenio para que los alumnos que aprenden allí Cocina y Restauración se encarguen del menú diario, como parte de su formación. Todos salen ganando. Los estudiantes se curten en un trabajo exigente como es el de satisfacer a un centenar y medio de niños, tanto a los hambrientos como a los que no son de tan buen comer. El coordinador del servicio es Jenaro Fieira, jefe del departamento, y Manuel García Santiso quien está a pie del cañón, comprobando que todo sale como debería. Elaboran los menús saludables que establece la Xunta, con la salvedad de que aquí no gastan en mano de obra y todo va al producto. Así, un viernes cualquiera, sirven lubinas por un valor de 700 euros y ensaladilla casera. «En todo o mes non se repite un prato», indica Santiso. Además, los lunes y los martes hay pan recién salido del horno, hecho en el taller de repostería, en el que también se ocupan una vez por semana de cocinar un postre elaborado. El resto de días no los despachan con un yogur, ni mucho menos. La fruta va pelada y preparada en macedonia, o de otra forma atractiva. Al trabajar para niños, les exigen el máximo mimo. El pescado, sin espinas. Y las carnes, deshuesadas. Los menores comen a mesa puesta y les sirven cada plato con cuidado exquisito, como dicta el protocolo, así practican también los grupos de Servicios y de Restauración. En las cocinas se siguen las dietas por enfermedad o intolerancias certificadas al pie de la letra. «Temos xuntado nun mesmo curso sete ou oito distintas: á lactosa, á laranxa, aos cítricos, plátanos, pementón... hainas do máis variopinto», cuenta Santiso. Él pertenecía a la Anpa cuando surgió la colaboración con el centro de FP, hace más de 10 años. Entonces en el comedor había poco más de 30 alumnos. Hoy hay excomensales que estudian en el edificio de enfrente Hostelería.

Una cena muy especial

Una veintena de personas de distintos medios de comunicación y publicaciones gastronómicas participaron en una cena muy especial en A Horta do Obradoiro. En el restaurante santiagués -que recientemente ha vuelto a destacar la guía Michelin entre los Bib Gourmand- probaron siete cervezas de Mahou premiadas internacionalmente y maridadas con platos hechos para cada una de ellas por Kike Piñeiro y Eloy Cancela. La casa madrileña celebraba así los múltiples galardones recibidos. Los asistentes pudieron descubrir la gama de cervezas premiadas de una forma creativa y experiencial. Aprendieron de un verdadero maestro cervecero desde cómo tirar bien una caña de grifo hasta distinguir visual y olfativamente el lúpulo, la cebada, el coco, la vainilla o el bourbon, entre otros ingredientes y detalles con los que se fabrican las cervezas galardonadas de Mahou. 

Cocina de premio

La final de la categoría de gastronomía de Xuventude Crea tuvo lugar ayer en el aula de la Praza de Abastos. La italiana Francesa de Nigris, afincada en Santiago, sorprendió con un «Polbo con crema de chícharos en menta», y recibió el segundo premio, informa Cristóbal Ramírez. El primero fue para Margot Rodríguez e Iván Matos, que no tienen nada que ver profesionalmente con la cocina. Presentaron un «Ceci n’est pas un donut», un auténtico cocido gallego con forma de donut. Margot se presentó a otras dos modalidades de Xuventude Crea, ganando el segundo premio en una y una mención de honor en la otra.