Falta un radar en esa avenida

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO CIUDAD

12 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Que estar en el trabajo no supone trabajar es una evidencia tan clamorosa como que el agua moja. Esa situación del trabajador presente pero ausente se considera ahora un síndrome, el «presentismo», una tendencia a permanecer más horas de las debidas en el puesto que los especialistas asocian al miedo a perderlo o simplemente a casos de adicción al curro, que también los hay. A estas teorías que contribuyen a arrojar luz sobre las obsesiones del empleado atornillado a su silla Santiago estará pronto en disposición de aportar una nueva, la del trabajador que siente pavor a abandonar el chollo por tener que enfrentarse a la amenaza del radar.

Los que en esta ciudad viven y se ganan la vida, incluso los que tienen la fortuna de regalarse una visita, quedarán expuestos desde principios del año que viene hasta a tres dispositivos de control de la velocidad emplazados en una distancia que no llegaría ni a la mitad del trazado de una avenida principal de Madrid o Barcelona. El Concello ha decidido cortar por los sano con los abusos y ubicar dos nuevos radares en el paso inferior de Conxo y en O Restollal, que se sumarán al que está operativo en el túnel del Hórreo desde su construcción. En Raxoi sobran los motivos para justificar esa medida. La bajada de O Restollal no puede ser una pista de carreras y el abuso del acelerador está generalizado en el paso inferior de Conxo. Pero también es curioso que este último punto vaya a estrenar un radar cuando Fomento sigue sin rematar las obras. Salir del puesto de trabajo va a dar miedo. Y muchos tendrán pavor a salir de casa, que es peor.