Bugallo suma a Santiago a la fiebre del alumbrado navideño

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La antigua iluminación fue criticada por sobria
La antigua iluminación fue criticada por sobria SANDRA ALONSO

Duplica la inversión prevista por Martiño Noriega, quien fue criticado por la pobreza de los adornos

03 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay ningún estudio serio que diga que el voto municipal esté directamente relacionado con la brillantez de los adornos navideños, pero el mandato de Martiño Noriega al frente de la capital gallega estuvo marcado sobre todo por una polémica, la de la pobreza del alumbrado de Navidad. Su sucesor no quiere cometer el mismo error y, quizás contagiado por el espectáculo de las luces de Vigo, una de las primeras medidas adoptadas por el equipo del socialista Xosé Sánchez Bugallo ha sido casi duplicar el presupuesto destinado a las guirnaldas, los árboles luminosos, los brillos y los oropeles que adornan las calles en diciembre.

Bugallo quiere alegrarles la Navidad a los compostelanos, y para ello piensa invertir en el decorado de las fiestas un 80 % más de lo que tenía previsto el gobierno de Compostela Aberta (CA), un incremento que ya despertó las críticas del exregidor, que acusa al actual alcalde de querer competir con Abel Caballero, pese a la significativa diferencia entre el millón de euros que destina Vigo y los 180.000 que el equipo de Bugallo propondrá en el próximo pleno municipal, al que lleva el presupuesto técnico con el que espera finalizar el año.

Martiño Noriega se hizo con el bastón de mando en junio del 2015 y, con el argumento de que la crisis había obligado a reducir gastos superfluos a las corporaciones municipales, con la excusa de que el año estaba muy avanzado y no había tiempo para programar nada mejor, y con su personal rechazo a cualquier manifestación de tipo religioso, dejó a Santiago ensombrecida en aquella desangelada Navidad. No tardaron en lloverle las críticas, tanto de comerciantes como de ciudadanos, que calificaron de «escasa» y «cutre» una iluminación navideña que no se encendió hasta bien entrado el mes de diciembre y que se redujo a un selecto número de calles del casco antiguo y del Ensanche.

El mensaje lo entendió tarde y a desgana. No fue hasta el 2017 que el presupuesto para el decorado navideño se duplicó para alcanzar los 100.000 euros, con un diseño que incluía más luces en las calles y un bosque de cuento en la plaza del Obradoiro que rehuía cualquier reminiscencia de tipo religioso.

Con su presencia en los actos litúrgicos del 25 de julio, Bugallo quiso dejar claro que Compostela volvía a sus esencias. No tardó en recibir las críticas de su antecesor. «Todo en orde», escribió Noriega en Twitter sobre los actos institucionales del Apóstol. Ahora, ignorando las pullas del portavoz de CA, que le acusa de querer competir en luces con Caballero, el regidor compostelano se empeña en devolverle a la ciudad el esplendor que, a su entender, se desvanecía en la marea.