Una biofarmacéutica gallega ultima avances contra el cáncer

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

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SunRock Biopharma trabaja para desarrollar y comercializar anticuerpos terapéuticos contra patologías tumorales

23 jun 2019 . Actualizado a las 05:09 h.

Nacida hace ahora casi cinco años, SunRock Biopharma es una empresa biofarmacéutica que ultima el desarrollo y comercialización de anticuerpos terapéuticos dirigidos contra distintos tipos de patologías tumorales de difícil tratamiento. Su línea de trabajo está orientada hacia el desarrollo de anticuerpos inmunooncológicos, es decir, cuya acción estimule y apoye al sistema inmunitario del enfermo de forma que sea el paciente el que, en última instancia, acabe con el tumor. Uno de los cánceres en los que trabaja es la leucemia linfoplástica aguda. En el 2016, SunRock se trasladó desde su sede original del Parque Tecnológico de Bizkaia al Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) en el Campus Vida de la Universidad de Santiago de Compostela, donde tiene la oficina científica, a la que suman otra sede administrativa en el edificio Emprendia.

«Los anticuerpos son moléculas que nuestro cuerpo genera de manera natural para combatir agentes potencialmente nocivos para el organismo, ya sean virus, bacterias o toxinas; alternativamente, el ser humano ha aprendido a desarrollar en los laboratorios anticuerpos que reconocen específicamente dianas tumorales para luchar contra el cáncer», explica Juan Buela, gerente de la empresa.

El objetivo de SunRock es iniciar los ensayos con pacientes en 18-24 meses, y ahora está liderando la creación de un consorcio clínico con la Clínica Mayo y el Hospital Memorial Sloan Kettering en Estados Unidos. El grupo está centrado en conseguir los fondos necesarios y hacer las pruebas exigidas por las agencias regulatorias. Para completar todo este proceso, incluida la fase primera con los enfermos, la empresa precisa unos 12 millones de euros, una cantidad que no es fácil de conseguir para una pequeña compañía biotecnológica.

«Es difícil hablar de plazos y hay que ser muy cautos para no generar entre pacientes y familiares falsas expectativas de tratamiento; en general, se puede considerar que un producto en el estado desarrollo que se encuentra nuestro anticuerpo SRB-1 tarda unos siete años en ser aprobado para su uso clínico, pero estará ya en 24 meses al alcance de pacientes, a través de los ensayos clínicos previos a su comercialización», detalla Buela.

La biofarmacéutica funciona por un sistema de innovación abierta. Es la compañía la que diseña, supervisa y evalúa experimentos llevados a cabo por terceros. Eso le permite realizar las actividades de desarrollo de forma más rápida y barata de lo que lo hacen las empresas tradicionales.

Procesos

En SunRock Biopharma hay ahora en plantilla cinco personas que dirigen el trabajo contratado a laboratorios de la Universidad de Santiago, el Centro de Investigaciones Biológicas, la Universidad de Stuttgart y las universidades de Kentucky y Columbia (Estados Unidos). «Nuestro objetivo es obtener los primeros ingresos con la licencia del primer anticuerpo a una compañía farmacéutica. Esto podría suceder en los próximos tres años si se cumplen todos los objetivos técnicos», explica Juan Buela.

El acuerdo de licencia supondría un primer pago de entre 15 y 20 millones a la firma del contrato, a los que habría que añadir otros 150 dependiendo del cumplimiento de hitos en el desarrollo clínico y de la posterior aprobación por parte de las principales agencias del medicamento en Europa, Japón y Estados Unidos.