Los sepulcros de piedra del atrio de la iglesia de Iria se pierden en el olvido

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

MERCE ARES

Proponen que se pongan en valor las tumbas dada su antigüedad y singularidad

02 jun 2019 . Actualizado a las 05:05 h.

En el atrio de la iglesia de Iria-Flavia, en Padrón, están depositados los sepulcros de piedra que fueron encontrados en una de las campañas arqueológicas realizadas en el entorno del templo, concretamente en el año 1992, a iniciativa del doctor en Arqueología José Suárez Otero, según recoge el historiador padronés Eloi Rodríguez en el borrador de la tesis doctoral que prepara.

Se trata de un conjunto de varias tumbas de piedra, también llamadas laudas (lápida sepulcral), que «constitúen seguramente o conxunto máis importante de Galicia», según explica el docente, escritor y especialista en Historia del Arte Manuel Lorenzo Baleirón.

Durante años, este profesor jubilado del Instituto de Educación Secundaria Macías O Namorado, de Padrón, enseñó los sepulcros de piedra a sus alumnos para que, al menos, «saiban deles e os respecten», explica Lorenzo Baleirón. Ahora los muestra en la nueva ruta que acaba de crear la Fundación Rosalía de Castro, que se detiene en puntos de interés rosaliano como el cementerio de Adina, en Iria, donde primero fue enterrada la escritora.

«Sería ben preservalas como merecen, limpar o lixo que teñen e colocar algún cartel explicativo que as poña en valor», opina Manuel Lorenzo, a la vista de como están las piezas en la actualidad. De hecho, la conservación de los sarcófagos es inexistente, así como su identificación y señalización, pese a que esta zona es visitada por turistas y, sobre todo, peregrinos, al estar dentro del trazado del Camino Portugués a Santiago.

Pero también es posible que muchos vecinos del lugar, del concello y de la comarca ni siquiera sepan de la existencia y relevancia de los sepulcros. Hay un dato que así lo indica: las tumbas de piedra son usadas como basurero, de modo que dentro de ellas, o entre las mismas, ayer se podían ver adoquines, flores secas del cementerio y botellas de plástico que, seguramente, se usan para regar los floreros del camposanto. Y eso que la persona que limpia el cementerio también se encarga de recoger la basura que van depositando en el interior de esos sepulcros.

Un basurero, pese a que el origen de esas tumbas de piedra se sitúa en torno a los siglos VI o VII, según Manuel Lorenzo. «En todo caso estaríamos diante de tombas altomedievais, prerrománicas, cunhas características moi marcadas que aparecen só na antiga Gallaecia. Parece que están asociadas a importantes sedes episcopais, como Braga, Ourense e Iria. Atopáronse sartegos destas características en diferentes lugares das Terras de Iria, case sempre exemplares illados: en Catoira, en Santa María de Cruces, en Seira…», añade el experto en Historia del Arte.

Este recuerda que, durante la época sueva, Iria fue capital de una de las grandes divisiones administrativas en las que el Parroquial Suevo reparte el territorio gallego. «As chamadas laudas de dobre estola son cubertas de sepulcros que normalmente se atribúen a esa época», añade.

Por su parte, el historiador Eloi Rodríguez, exconcejal de CIPa en el Concello y que acaba de salir elegido por Compromiso por Galicia, explica que presentó más de una propuesta para proteger este patrimonio que pasa, en primer lugar, por conocerlo, para lo que habría que «identificalo». Recuerda que «o respecto pasa polo coñecemento», y dice que es responsabilidad de Patrimonio y de la Iglesia conservar los sepulcros y no tenerlos en las condiciones en las que están.