El hombre que puso una bomba casera en Santiago pide perdón y da las gracias por no tener que ir a la cárcel

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Xoán A. Soler

Acepta una condena de más de cuatro años de prisión que no cumplirá si no se acerca ni comunica con el matrimonio del que quiso vengarse

23 may 2019 . Actualizado a las 22:50 h.

«Estoy agradecido a las personas que me han dado esta segunda oportunidad». Así, puesto en pie frente al tribunal y con evidente arrepentimiento, quiso concluir el juicio el hombre acusado de haber puesto una bomba casera en el portal de la casa del matrimonio de Santiago para el que había trabajado su mujer como empleada de hogar. Juan José Quiñoy se dirigió al magistrado presidente de la sección compostelana de la Audiencia Provincial, Ángel Pantín, que le animó a que también pidiera perdón públicamente a la víctima, presente en la sala. Él no lo dudó, alargó su mano y el hombre del que quiso vengarse porque aseguraba que le debía dinero fue también generoso y se la estrechó.

Ese apretón de manos simboliza el acuerdo al que defensa y acusaciones han llegado y por el que Quiñoy acepta todos los cargos que se presentaron contra él y sus penas. Por el delito continuado de amenazas no condicionales de carácter grave, 14 meses y 29 días, por el de daños por incendio con peligro para la vida e integridad física de las personas, dos años y una multa de 549 euros, y por el de fabricación y tenencia de explosivos, 11 meses y 29 días. En total, son cuatro años, dos meses y 28 días, pero como ninguna de las condenas supera los dos años ha podido acogerse a la suspensión de la pena no tendrá que ingresar en un centro penitenciario. Así, han podido aplicársele las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas.

Eso sí, para evitar la cárcel (ya estuvo en prisión provisional de febrero a diciembre del 2016), ha tenido que pagar los 2.489,91 euros que costó reparar la puerta de entrada de la casa y tampoco podrá acercarse a menos de 500 metros de las víctimas ni comunicarse con ellos por ningún medio durante los próximos diez años. Además, la Fiscalía ha solicitado que pague una multa a mayores, que en principio fijó en 3.528 euros, pero cuyo importe tendrá que aclararse antes de que se redacte la sentencia.

Quiñoy ha admitido que a las 7.20 horas del 28 de diciembre del 2015, colocó en el portal de la vivienda, situada en el número 23 de la calle San Lourenzo de Santiago, una olla metálica en cuyo interior había todo un arsenal de objetos metálicos. En concreto, seis plomos para pesca, 23 placas de diversos tamaños, cuatro tubos, tres sierras de corona, doce cilindros, un llavero tipo mosquetón, 74 remaches, 200 tornillos de diversas formas y tamaños, una varilla, un dado de hierro, seis puntas, quince tuercas, 27 arandelas y una bombona de cámping-gas, así como dos cartuchos de recarga de gas butano, un cartucho relleno de líquido inflamable, una botella con gasolina y siete mecheros.

Posteriormente, prendió la mecha de plástico y explotó el artefacto, que causó daños importantes por humo y fuego en la puerta y la entrada de la casa, en cuyo interior estaba durmiendo el matrimonio del que quería vengarse.

Antes de aquel día, en marzo del 2015, ya había estado amedrentando a la mujer, a la que abordó por la calle e intimidó con frases como «te voy a matar» o «vete despidiéndote de tus familiares que van a ser las últimas Navidades que vas a pasar con ellos».

El acoso prosiguió después, y el 11 de febrero del 2016 les envió una carta a casa en la que había una nota manuscrita en la que se podía leer: «Flores ya llevas en la nuca y sin ruido llevar dos tiros en te vas. Ha llegado el fin 1.800 + gastos = 1.900 pendiente la deuda no está bien y sigue robar. 14 es nuestro día mi amor el día (sic)». Y otra con la palabra «justicia» en cuyo remite figuraba: «Mata monte c/justicia, s/n panplomo (sic)».

Aquello permitió la detención de Juan José Quiñoy, al que en ese momento ya seguía muy de cerca la Policía Nacional.