«El Camino es un vehículo a partes desconocidas»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

NOELIA P. OUBEL

El profesor George Greenia gana el premio Grupo Compostela de Universidades

23 may 2019 . Actualizado a las 00:15 h.

«Hice mi primer Camino a Santiago hace 21 años en bicicleta, desde París, que parece más turístico que espiritual». Ya en aquel entonces, hace más de dos decenios, muchos amigos de George Greenia ?fundador del Instituto de Estudios de las Peregrinaciones de William &Mary? le decían que «el camino se había terminado». Que ya no existía. Que se lo había llevado por delante la masificación. «La masificación es un problema», reconocía el profesor, que ha ganado la edición número 23 del premio Grupo Compostela-Xunta de Galicia. Pero aun con esa masificación es posible en esta época conservar «nuestro espíritu de comprensión entre hospitaleros y peregrinos y entre los propios peregrinos». Unos valores de solidaridad, de convivencia, de comprensión que son precisos en cualquier sociedad «incluso en mi propio país, Estados Unidos, en la cumbre de la tecnología pero también necesitado de esos valores que se conservan tan perfectamente en el Camino de Santiago».

El investigador, que recibió los elogios por su trayectoria de la conselleira de Educación, Carmen Pomar, la secretaria ejecutiva del Grupo Compostela de Universidades, Teresa Carballeira, y el rector de la USC, Antonio López, ha decidido donar el montante económico del premio al Instituto de Estudios de las Peregrinaciones. El dinero servirá para financiar ayudas de investigación para los becarios más sobresalientes. Greenia nombró como miembros aventajados a Miguel Taín y José Suárez Otero, ambos de la Universidade de Santiago, y también a Benjamin Boone, que acaba de leer su tesis ?la primera del instituto? en la que investiga los beneficios docentes y para la investigación de los profesores cuyos alumnos universitarios hacen el Camino.

«No exageramos si declaramos que las rutas jacobeas se han convertido en modelo envidiado en muchos otros países europeos e incluso en los confines del mundo globalizado», afirmaba Greenia, que relató como Estados Unidos está recuperando rutas propias de peregrinación, como el Camino de las Lágrimas, la senda del exilio de las tribus nativas americanas, «forzadas a abandonar sus tierras y emprender una marcha hacia las grandes planicies en el oeste» un camino en el que «murieron de hambre y fatigas un número incalculable de personas».

«Es curioso ?afirmaba Greenia? un camino es para caminantes, los que van a andar. Pero el Camino es para nosotros un vehículo que nos lleva a partes desconocidas, inesperadas y no pocas veces olvidadas». En un mundo lleno de distracciones, apuros, obligaciones e imposiciones, estas «se olvidan haciendo el Camino, reemplazadas por amistades, conversaciones que nos transforman». Porque los valores de las rutas jacobeas «nos invitan a horizontes nunca imaginados o simplemente oscurecidos por preocupaciones triviales».