Acuden estudiantes de toda España, que peregrinan a Compostela para ganarse una de las codiciadas plazas de psicólogos internos residentes
30 abr 2019 . Actualizado a las 07:55 h.En el sur de Santiago se encuentra una academia que se ha convertido en un trampolín para los psicólogos que opositan. Se encomiendan a ella estudiantes de toda España, que peregrinan a Compostela para ganarse una de las codiciadas plazas PIR, como internos residentes. ¿Cómo nació la fama de la academia Foco? La historia no tiene desperdicio. La cuenta Melania Beceiro, que en su día fue una alumna más (al igual que el resto de docentes). Hoy coordina el curso académico y es codirectora del centro junto a Irene Martínez. «Todo empezó con un estudiante ejemplar, cuando Xavier Sardiña sacó una buena plaza en las primeras oposiciones PIR a nivel estatal. Nadie tenía temario y preparaba el examen consultando manuales de psicología de aquí y de allá», explica. Siguiendo la fórmula de Sardiña, se formó un grupo de titulados en la USC a los que él mismo guio y también salieron bien parados en la prueba. Así se fue forjando la fama, por el boca a boca, antes siquiera de ser un centro de formación (empezó en el 2015 como tal). Irene formó parte de ese primer grupo que continuó el método Xavi. Y en Melania, ferrolana y psicóloga clínica (al igual que la anterior), confió este para asumir la tarea de coordinar el curso cuando ella ya era profesora en el negocio de García Prieto. ¿La clave del éxito? «Que los hacemos estudiar mucho», sentencia la responsable del equipo docente. «Es un método muy duro y exigente, en el que se estudia por manuales de referencia propios», añade. A pesar de lo difícil que es sacar una plaza en el examen PIR, siempre hay alumnos de Foco de primer año que obtienen plaza. La leyenda se fue agrandando y se sigue extendiendo por todo el territorio nacional. Y es que han tenido estudiantes de prácticamente todas las comunidades. Hasta el 2013, cuando comenzó la modalidad on-line, había un tercio de alumnos no gallegos en las clases presenciales. Y, aún con la posibilidad de seguir el curso virtualmente, siguen llegando de fuera psicólogos para estudiar en Foco. Actualmente, tienen desde gente de León a Palma de Mallorca. De media, se presentan a dos o tres convocatorias para entrar. El poder de convocatoria de la academia es tanto que la cafetería más cercana desde hace tiempo abre aún siendo festivo para servir cafés a los opositores, incluso en vacaciones.
Artista y turista
Millones de personas han escuchado la música de Judith Mateo en Spotify. Es violinista, pero también roquera, dos mundos aparentemente muy lejanos que ella consigue empastar con toda naturalidad. La instrumentista viajó hace unos días a Santiago para tocar en el programa del incombustible Xosé Ramón Gayoso, donde ofreció la primera actuación junto al vocalista Chuse Joven y al bajista Juankar de Boicot y el presentó temas de su sexto disco. Coincidió en los camerinos con la siempre sonriente Nuria Fergó (de la primera edición de Operación Triunfo), pero antes de meterse entre bastidores tuvo tiempo de hacer un poco de turismo y no faltó la visita de rigor de la conquense a la plaza del Obradoiro, como una turista más, acompañada por el aragonés y el madrileño. Y también fue tratada como una pasajera más en el trayecto hacia Santiago por Ryanair, que no se caracteriza por su condescendencia con los clientes. En su caso, no le permitieron guardar el violín en los compartimentos superiores para el equipaje de mano y tuvo que viajar con él entre las piernas. Es la «única compañía que me ha hecho esto en toda mi carrera», lamentaba la artista.
Premios de química
La Asociación de Químicos de Galicia entregó este fin de semana en A Coruña los diplomas a los ganadores y participantes de la Olimpiada Gallega de Química. En la demarcación de la USC, Santiago hizo doblete. La mejor fue Laura Rosa Pérez Pérez, del IES Rosalía (y mejor puntuación de toda Galicia), y el bronce fue para Ramón Nogueira Bouzas, del Peleteiro (primero hace un mes en la Olimpiada de Física). Aquí hay madera.