Ella es quien entrena a las subcampeonas estatales

Por Patricia Calveiro

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

Nayba Manteiga, que se crió hasta los cuatro años en Brión, adiestra al grupo de niñas que se subió al podio de gimnasia rítmica

18 abr 2019 . Actualizado a las 11:04 h.

Cinco niñas, de entre 7 y 8 años, hicieron historia la semana pasada en Guadalajara, al proclamarse subcampeonas nacionales de gimnasia rítmica. Telma Lozano, Amaya Espín, Helena González (Heli), Lola Rey y Elena Fuentes fueron las responsables de la gesta, en la que también tuvo parte de culpa su entrenadora, Nayba Manteiga. Ella es canaria, aunque se crió hasta los cuatro años en Brión con su abuela, en una aldea llamada Brans de Abaixo. Solía corretear tras la barra del bar que hay junto a la iglesia de Santa Minia, que regentaba su familia. Regresó a Galicia en el 2012, para acabar la carrera de Psicología en la USC. Durante unos años estuvo compaginando la universidad y competición. Hace unos meses conseguía finalmente el título académico y fue novena en un campeonato de España, «pero nunca llegué a una final nacional como deportista», cuenta. Lo hizo por primera vez junto al quinteto del club de rítmica Compostela, donde lleva ya cuatro años guiando las futuras gimnastas. Desde el día uno estuvo trabajando con Amaya, la más pequeña del grupo, formado en septiembre. «La idea de llevarlas al nacional surgió en febrero, por probar. Venían de competir nivel autonómico y escolar. Esta era su primera prueba nacional», explica Nayba, quien dice que cuando salió la nota «me cansé de llorar». Y resultó ser también la primera vez que se subieron juntas a un podio, la primera plata obtenida por un club compostelano a este nivel «y mi primer nacional como entrenadora», añade. «Todavía no me he bajado de la nube. Fue superbonito, para mí y para los padres. Muy emocionante», continúa la entrenadora de las tres teenses, la padronesa (Amaya) y la santiaguesa (Heli), quienes ya piensan en el nacional de noviembre tras la copa base de Iberdrola de Guadalajara. Solo unos días después, Nayba recuerda que tuvieron sus percances: «Elena lleva gafas y en medio de la coreografía se le movieron por un salto y ella se las quitó a mitad del montaje para que no se le rompiesen. Por eso tuvimos una penalización de 0,30 puntos, Ahora, «toca prepararlas más a nivel corporal y más base de ballet, cosas que no tuvimos tiempo de trabajar para Guadalajara, porque fue todo muy atragantado». Por precipitado de pareciese, María Cañabate, directora deportiva del club (presidido por Juan Carlos Rodríguez), dio su visto bueno y de la osadía salió una plata, que supo a oro. Lo mejor de trabajar con estas niñas, comenta Nayba, «es que son muy moldeables. A mí cada día me sorprenden. Ves como van ganando flexibilidad, aunque no les subimos horas de entrenamiento semanal. Han estado haciendo siete y eso que había niñas en el nacional que echaban una media de quince y, además, mayores que ellas». ¿La parte más complicada? Pues que no dejan de ser niñas, dice: «Son algo despistadas, lo normal a su edad, y hay corregir lo mismo veinte veces, pero ves que le ponen muchísimas ganas y motivación».

NOELIA P. OUBEL

Un alumno destacado

No ha tenido medalla, pero sí recompensa a su esfuerzo. Pablo Osorio Peláez, afincado en Teo y alumno en Santiago de la Federación Gallega de Asociaciones en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Fademga) ha logrado la única plaza de ordenanza reservada a personas con discapacidad de la Agencia Tributaria. Había solo 20 puestos en juego a nivel nacional y más del triple de candidatos. De los 74 aspirantes que se presentaron al examen, 61 de ellos recibieron apoyo de Fademga. Pablo explica que llevaba ya seis años opositando con el apoyo de la federación. Forma parte del grupo de opositores que prepararon la prueba en Santiago. Su profesora fue Ana Carracedo Troncoso. Con su ayuda, ha conseguido el empleo del servicio público en A Coruña. «Estoy muy ilusionado por empezar en este trabajo», dice.

Brillo en economía

 Por cuarto año consecutivo, y sexto desde que empezó a celebrarse la prueba en el 2009, alumnado de Compostela volvió a imponerse en la Olimpiada Galega de Economía. Esta vez el vencedor fue Mateo Toro Diz, del colegio Peleteiro, y en segundo lugar quedó David Sande Rúa, del IES Rosalía de Castro, a quien preparó María Dolores Docampo, profesora de Economía del centro. David piensa cursar estudios universitarios de Ciencias Políticas. Ambos estarán en la final estatal, que será el 24 y 25 de junio en la Facultad de Económicas de la Complutense de Madrid. Y si ganan les esperará aún la final internacional, en Rusia.