¿En serio?

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

07 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Sale Martiño Noriega al paso de la avalancha de críticas a su propuesta de abrir ahora el melón de las fusiones del Gran Santiago afirmando que «isto vai en serio». Y así debería ser, porque el de las fusiones de municipios es un tema suficientemente serio como para manejarlo de forma que pierde ese rango. Porque, se mire como se mire, más parece oportunismo en busca de réditos electorales que una iniciativa fundamentada en bases sólidas. Es un tema serio porque toca fibras sensibles de los propios vecinos, empezando por el intangible esencial de su propia identidad, del sentido de pertenencia a una comunidad, y terminando por el más trivial, pero no menos esencial, de la calidad de los servicios que tienen derecho a recibir. O sea, se requiere un trabajo sólido previo para analizar los puntos de partida, los objetivos y el camino a recorrer para alcanzarlos. Y, por supuesto, ganándose la complicidad de los vecinos. Aquí da la sensación de que el único trabajo previo fue una charla de amiguetes, porque no ha habido en cuatro años ni un paso en firme para plantear razonadamente una fusión ni para aproximar a los ayuntamientos del Gran Santiago a través de la imprescindible coordinación de servicios. «¿Fusionámonos, Rafa? Fusionámonos, Martiño». ¿Les suena? La historia se repite. Fue hace siete años cuando Conde Roa, no en precampaña sino con la fuerza de su reciente mayoría absoluta y apoyado por la Xunta, apuntó a dos concellos «amigos», Boqueixón y Ames, para construir su Gran Santiago. Para empezar, Boqueixón parecía pieza más fácil que Ames, también del PP entonces; pero la aventura duró poco, hasta que los vecinos del Pico Sacro dijeron basta.