Hostelería pone en valor el apoyo de sus socios para recuperar su estabilidad y solvencia financiera

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Emilio Relova

La directiva insiste en que la vía judicial era la única salida ante las irregularidades en las cuentas de la entidad

07 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Sara Santos, presidenta de la Asociación Hostelería Compostela, reconoce que la situación que vive la entidad no es «nada agradable», pero también deja claro que «no es una guerra personal, ni tampoco un ataque contra ninguna persona». Santos aclara que la denuncia presentada en los juzgados fue «la única salida que nos quedó cuando vimos lo que estaba pasando». El detonante de esas denuncias en el juzgado se produjo, según explica Santos, cuando en el 2015 la Diputación apreció irregularidades en «una subvención relacionada con el Camino Inglés». Tras analizar el expediente, y «no encontrar respuestas para las preguntas que nos planteó la Diputación, no hubo más salida que el juzgado».

Fue entonces cuando la nueva directiva, encabezada por Santos y Antonio Riveiro, presentaron una denuncia contra el gerente, Andrés Condide. La investigación del Juzgado de Instrucción número 1, presidido por Ana López-Suevos, cerró esta semana la instrucción incluyendo entre los imputados a los dos presidentes anteriores, José Otero y José Sordo; y a los tesoreros Ramón Carril Rial y Manuel Paz Paz.

La situación, que comenzó con una subvención de 100.000 euros, se agravó al aparecer presuntas irregularidades en otras dos de la Diputación, una más de la Xunta de Galicia, y una quinta de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural. Las ayudas supuestamente mal justificadas son de más de 350.000 euros de la Diputación; 35.000, de la Xunta; y 126.000, de la Axencia Galega. Santos reconoce que esta «situación dañó la imagen de prestigio de la asociación», y muchos socios abandonaron el barco.

Ahora, pese a la situación judicial, la actual presidenta defiende que los socios «vuelven a confiar en nosotros. Ven que ofrecemos más servicios a unos precios accesibles, y sobre todo, ven transparencia en el trabajo. No es fácil y tanto nosotros como los trabajadores estamos haciendo un gran esfuerzo», resalta.

Aún queda mucho camino por andar, pero la directiva asegura que se están recuperando socios. «Somos más de seiscientos». Pese a que ese número es menor al que llego a tener la asociación, Santos destaca que «la confianza está volviendo porque creo que los socios perciben que se están haciendo muchas cosas, pese a que los recursos son limitados; y sobre todo, se hacen las cosas de otra manera. Se defienden los intereses comunes».

La asociación, mientras no se aclaren todos los asuntos, seguirá teniendo cerrados los grifos de las subvenciones tanto de la Diputación como de la Xunta, lo que supone una importante merma de los recursos económicos.

Actualmente, matiza Sara Santos, «vivimos solo de nuestros recursos. Tuvimos que hacer un recorte mensual de 15.000 euros, despedir y recortar muchos gastos para poder empezar a salir adelante. Este mes ya vimos un resultado positivo, y seguiremos peleando día a día para que Hostelería Compostela vuelva a ser solvente totalmente».