Vuelva mañana

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

17 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de cinco lustros en los que a los dirigentes de todo tipo de administraciones en España se les ha llenado la boca vendiéndonos la moto de la ventanilla única como sinónimo de proximidad al ciudadano, de reducción de burocracia a la mínima expresión, de quintaesencia del servicio ágil al administrado, nunca tan desprestigiado ha estado ese concepto. Y pensábamos que no se podía batir ya ningún récord de ineficiencia en el cumplimiento de esos anhelados objetivos. Pero sí, el gobierno de Compostela Aberta lo ha logrado, y sobradamente. Lo que está ocurriendo en el área municipal de Urbanismo es el síntoma de todo lo contrario que Martiño Noriega proclamó cuando agarró el bastón de mando en la capital. El pazo de Raxoi iba a ser un mundo de ensueño para los trabajadores del Concello, hundidos en su moral, atenazados por la sombra de la sospecha en sus movimientos -consecuencia de los palos de ciego de Pilar de Lara-, víctimas de una maquinaria herrumbrosa y desencajada que era imperioso engrasar y poner a funcionar, incluso, dándole la vuelta como a un calcetín. Pero resulta que no se recuerda una situación tan conflictiva en el Concello, con los departamentos rebotados y alguno en movilización permanente. Con el gobierno echando balones fuera desde las primeras de cambio y poniendo en la diana la tasa de reposición del inefable Montoro, cuando más se requería una gestión pragmática y eficiente... Las cosas han ido de mal a peor y a muchísimo peor. La inoperancia del edil Duarte permitió que la bomba urbanística le estallase en la cara al alcalde, el ausente, en forma de dos jefaturas dimisionarias por falta de medios. ¿Quedará tiempo para superarlo?