San Martiño Pinario se pone a punto para acoger el culto de la catedral

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

Busca fondos para renovar la iluminación tras restaurar los óleos en cobre de la sacristía

09 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La iglesia de San Martiño Pinario transformará totalmente su imagen interior cuando esté finalizada la segunda fase de los trabajos de acondicionamiento del templo, que comenzará en las próximas semanas y que se centra exclusivamente en la iluminación interior. Esta parte del proyecto incluye la renovación y sustitución de todas las luces de los elementos escultóricos y de las capillas de la iglesia, y también de la iluminación de la sacristía, donde se reforzará especialmente la que recae sobre los óleos en cobre que acaban de ser restaurados y la que realzará la cúpula central de la sacristía. Los trabajos se han acelerado en un templo que el próximo 12 de abril, coincidiendo con el martes santo, acogerá el culto de la catedral.

La última vez que se actuó sobre su iluminación fue en el 2013. Entonces, los costes lo sufragó la Fundación Endesa. Pero en estos seis años no se realizaron trabajos de mantenimiento. Prácticamente todos los focos están deteriorados. Algunos ni alumbran y los que aún arrojan algo de luz proyectan un halo sin intensidad que deja totalmente a oscuras las imágenes de las capillas y el altar. En la sacristía, los óleos en cobre tienen iluminación indirecta, pero la cúpula carece de ella. En esos trabajos se tendrá especial cuidado en la intensidad de la luz que los focos proyectan en los óleos, para evitar dañarlos.

Ahora desde el museo se ha financiado una parte del coste de los materiales, pero se precisan más recursos. De hecho, se mantiene la esperanza de que alguna empresa o mecenazgo permita completar el presupuesto para los materiales. La ejecución de los trabajos correrá a cargo del electricista de la catedral, que realizará las obras bajo la supervisión de Patrimonio.

Óleos del siglo XVII

Para la primera fase de los trabajos, que todavía sigue ejecutándose, se contó con la financiación de Patrimonio. Esa fase se centró en la sacristía. Fundamentalmente, se afrontó la restauración de los óleos en cobre, que fueron tratados en 1999 y que ahora presentaban un grave estado de conservación.

Estos trabajos corrieron a cargo de María Jesús Salgado y Juan Manuel Montero, que lograron recuperar unas piezas que estaban tan deterioradas que las imágenes prácticamente no eran visibles. Durante el proceso de restauración se limpiaron las piezas para descubrir las imágenes, y se eliminaron los hongos. Posteriormente, se realizaron tratamientos para su conservación. Las piezas ya han sido colocadas en la sacristía. Ahora deberán realizarse las réplicas en madera de caoba de los marcos que no se conservan. En la sacristía del templo, además, se ha retirado la vitrina central y también se quitarán otras que tapan las cajoneras.