«Só homes viñeron tomar café»

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Las movilizaciones feministas colapsaron el centro de Santiago desde media mañana y vaciaron la Universidade, los centros educativos públicos y la sedes administrativas de la capital

09 mar 2019 . Actualizado a las 17:46 h.

La «treboada feminista», movilización violeta matinal del 8M, arrancó de los cuatro puntos cardinales de la capital de Galicia, en la praza da Paz, campus sur y rotondas de Pontepedriña y de Concheiros, causando cortes parciales de tráfico a su paso a partir de las 11.30. En la praza de Galicia confluyeron con la concentración que había convocado la CIG paralelamente a la de UGT y Comisións Obreiras en el Obradoiro.

Mientras la actividad era normal en la práctica totalidad de las calles del Ensanche, tanto en los comercios como en los bares, la movilización del 8M tuvo un gran impacto en el tráfico, especialmente en puntos estratégicos como el Hórreo desde la rotonda de Galuresa y posteriormente, a partir de las doce del mediodía y durante unas cuatro horas, en el eje de Virxe da Cerca-Praza de Galicia-Xoán Carlos I, invadido por miles de mujeres ?también muchos hombres? que corearon consignas como «Aquí está, aquí se ve, o feminismo galego en pe» y exhibieron multitud de pancartas con lemas como «Estado civil, cansada», «Non é non, e o demais é violación», «Lo contrario de feminismo es ignorancia» o «De camiño a casa quero ser libre, non valente».

Esta movilización tuvo un contenido reivindicativo y festivo, sin que se produjeran incidentes. Algunos piquetes informativos entraron en establecimientos de la zona reclamando el cierre, y algunos bajaron la verja durante la movilización. Pocos lo hicieron luciendo el cartel de adhesión a la jornada de huelga, como una firma de ropa femenina en la esquina de Doutor Teixeiro y República do Salvador. Los supermercados trabajaron normalmente y, en la praza de Galicia, la tienda Zara de ropa de mujer cerró durante la movilización, mientras el Massimo Dutti de al lado recibía a la clientela.

«Houbo menos clientas e tamén menos vendedoras», hacía balance a la una de la tarde una comerciante de la Praza de Abastos. «Eu vin traballar porque teño que comer», dice otra de la nave del pescado, donde era evidente el impacto del 8M, con varios puestos cerrados y pocos compradores. «Aquí a folga mirámola», comenta una paisana en su puesto de frutas y hortalizas.

En los centros universitarios, la actividad se mantuvo bajo mínimos. La Facultade de Historia, que ya todos los viernes del curso tiene poca actividad lectiva, estaba desierta. También su bar. «Hoxe só viñeron homes tomar café», cuenta su responsable mientras en la televisión el informativo narra para nadie las magnitudes de la brecha salarial. Allí al lado, en Filosofía, la conserje explica que están en servicios mínimos y que no ha habido clases. Por no haber, casi no había ni personal para la concentración a la puerta de la facultad, en Mazarelos. En Económicas apenas hubo cuatro clases, y fueron muy pocas las mujeres que aparecieron por el centro.

Hacia las tres de la tarde, muchas asistentes a la concentración ya se habían dirigido al «xantar feminista», pero desde Virxe da Cerca hasta Xoán Carlos I, la Senra y el Campo da Estrela pintaban aún de violeta, cerradas al tráfico. A partir de las 16 horas, todavía hubo cortes puntuales de circulación.

Actividad mínima en las aulas y en los centros administrativos

La huelga feminista vació las aulas de Santiago, no solo las universitarias, también las públicas de secundaria y primaria. En los centros privados y concertados hubo actividad lectiva normal, aunque también se sumaron a la movilización algunas trabajadoras. En el colegio López Ferreiro, por ejemplo, tuvieron actividad, aunque no lectiva, los 33 alumnos de infantil que asistieron, de un total de 145; y en primaria, 92 de 328.

En el Concello de Santiago, que colgaba en su fachada pancartas contra las violencias machistas, también cayó drásticamente la actividad de los diferentes servicios, cumpliéndose los mínimos decretados.

La «revolución imparable» se extendió igualmente a los servicios administrativos de la Xunta en San Caetano e incluso impidió en el Parlamento, por falta de cuórum -al sumarse las diputadas de todos los grupos políticos-, la celebración de las dos comisiones señaladas para ayer por la mañana, las de Economía e Facenda y la de Pesca.