La Catedral rescata del olvido «una obra emblemática», el Tríptico de Pentecostés

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

Abanca participó como mecenas de la restauración de las pinturas y carpintería realizadas por el pintor compostelano Juan Luis López

08 mar 2019 . Actualizado a las 00:57 h.

Tres meses de trabajo han sido necesarios para recuperar «un tesoro olvidado» de la catedral de Santiago, indican los responsables de la restauración del Tríptico de Pentecostés. Realizado por el pintor compostelano Juan Luis López García para conmemorar el año santo de 1920 en la Exposición Nacional, fue propuesto para la Primera medalla. Sin embargo, en los últimos tiempos llegó correr peligro por su mal estado de conservación. La Fundación Catedral decidió rehabilitar en el 2018 esta «obra emblemática», señaló su director, Daniel Lorenzo, quien puso en valor el trabajo realizado por la restauradora encargada de hacerlo, María Victoria Valverde García.

«Hizo un trabajo excepcional. Es fascinante tanto la parte que hizo Jose Luis como la otra, de reintegración, realizada con esmero» para recuperar la policromía perdida, subrayó Lorenzo. Añadió, además, que el tríptico que ahora se exhibe en la sala de tapices del Museo Catedral «ha ganado contemporaneidad» gracias a una intervención que contó con el mecenazgo de Abanca, entidad con la que existe un convenio de colaboración plurianual.

Lorenzo reparó en el «espíritu jacobeo» de la obra, en la que se retrataron dos símbolos del peregrinaje a Compostela como son san Francisco de Asís en la tabla derecha y santa Isabel de Portugal en la izquierda, con el pórtico de la Gloria a su espalda. En la central, se ve la escena de Pentecostés, con la virgen María rodeada por los once apóstoles asistiendo a la venida del Espíritu Santo. El Tríptico de Pentecostés, inspirado en un cuadro del inicio del renacimiento, fue creado para la capilla Sancti Spiritus, aunque permaneció en su ubicación original poco más de dos décadas, según publica Ramón Yzquierdo en el catálogo monográfico que documenta la restauración. Las tablas de Juan Luis fueron a parar a otros espacios de la basílica y acabaron en la capilla de la Comunión, en cuya tribuna «quedaron olvidadas», añade el director técnico del Museo Catedral. Finalmente se retiró el tríptico, ya en mal estado de conservación, que permaneció desde hace varias décadas en distintos almacenes y estancias de la catedral compostelana.

En los últimos años del siglo XX, la obra fue rescatada por el canónigo Alejandro Barral, que ordenó la primera intervención «con la que se evitó que fuera a peor en su deterioro», señaló Lorenzo, pasando luego a formar parte de los fondos del museo catedralicio. La restauradora explicó que tiene mucha parte estucada, de reintegración, que consiste en completar la obra sin tocar el original, siempre en consenso con Patrimonio. Además, se optó por enmarcar las pinturas, que evidenciaban que en su día ya tuvieron un marco.

Una de las grandes complicaciones, apuntó Valverde, fue que «cuando el artista se dedicó a esta obra ya existían en el mercado todo tipo de pigmentos. Yo no sé si él los fabricaba o los compraba, pero este cuadro tiene mil gamas distintas, no es como cuando restauras un retablo del siglo XVII o XVIII». «De las tres tablas, la que peor estaba es la de San Francisco, aunque en general todas las partes inferiores», señaló.

Ataque de carcoma

«La madera tenía ataque de carcoma, no porque sea mala, que está hecho con castaño, sino porque con contacto con el suelo y la humedad la madera se debilita, entra el insecto, come la madera y todo el estuco y pintura de la parte inferior se van cayendo». La restauradora tuvo que reconstruir las caras de dos apóstoles de la tabla central a partir de fotografías antiguas. Por fortuna, señaló, se conservaba la cara de san Francisco pintada por Juan Luis, «por lo que el hábito, más o menos, siguiendo las formas, podía intuirse». También tuvo que recomponer la mano izquierda del santo, de la que se conservaba solo un dedo. En cualquier caso, subrayó Valverde, «en un momento dado se podría retirar la parte reintegrada con un simple algodón, sin dañar el original. Es decir, la actuación es discernible y reversible».

El deán de la Catedral, Segundo Pérez, también intervino en la presentación del tríptico para recordar que «no hay muchas pinturas gallegas», por lo que es necesario recuperar las que existen. «Esta obra es importante para Galicia», incidió, al tiempo que puso en valor la colaboración de Abanca. Su director territorial en Santiago, Juan Carlos Carneiro, aseguró que «es un orgullo» para la entidad financiera «poder contribuir en la conservación», para los gallegos y los compostelanos, del patrimonio catedralicio.