Los vecinos piden que se desarticulen los puntos de venta de droga del Pexigo

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Denuncian inseguridad por los trapicheos de una familia con tres pisos okupados

22 feb 2019 . Actualizado a las 20:18 h.

Los vecinos de las rúas Pexigo de Arriba y de Abaixo están hartos de la situación de inseguridad que generan un grupo de personas de una misma familia que tienen okupados tres pisos en dos edificios de ambas calles, y a los que acusan de «trapichear» con drogas. Según comentaron los vecinos, en uno de los edificios se producen con frecuencia averías eléctricas, por lo que temen que puedan estar realizando enganches ilegales a la red u otras acciones que traigan como consecuencia incendios.

Una vecina de la rúa Pexigo de Abaixo comentó que lleva espray de pimienta en su bolsillo por temor a una agresión. Aseguró que, en más de una ocasión, el portal de su edificio se convierte en la sala de espera de quienes van a comprar droga. Esta mujer confiesa sentirse desamparada, porque no percibe que se produzcan movimientos serios para desalojar a esta familia ni para desmantelar los puntos de venta de droga que, siempre según testimonios de residentes, reciben a numerosas personas durante todo el día.

Los vecinos indican que en los tres pisos viven miembros de una misma familia. En uno de ellos residen los padres con varios hijos, y en los otros, otros hijos con sus propios vástagos. Un joven de la rúa Pexigo de Arriba señaló que se trata de una familia que anteriormente tuvo okupadas varias casas en Conxo y que están en el barrio desde hace más de un año.

Las tres okupaciones están denunciadas en el juzgado por sus propietarios, y hace unas semanas se celebró el juicio por uno de los pisos, pero la vista tendrá que repetirse al producirse un error en la documentación de la propiedad. Las okupaciones, de acuerdo con otro vecino de la calle, se realizaron hace algo más de un año, y no es la primera vez que okupan viviendas en el barrio. Otra vecina explicó que los okupas ya tienen localizados otros pisos a las que tienen previsto mudarse en el caso de que el juzgado dicte el desalojo, según les escucharon decir en alguna ocasión.

A los problemas de inseguridad por la presunta venta de drogas se une también el ruido y la fiesta «flamenca» que organizan cada poco tiempo. Una mujer aseguró que, en varias ocasiones, especialmente durante el pasado verano, se han reunido en el parque de Belvís de madrugada con música a todo volumen.

Varios vecinos confirmaron que cada vez que se producen problemas de ruidos se llama a la Policía Local y a la Nacional. Fuentes municipales indican al respecto que este asunto está siendo investigado por la Policía Nacional, que desplaza vehículos a la zona con frecuencia.

Varios vecinos de estas calles atestiguaron que últimamente se ven patrullas de la Policía Nacional dando vueltas por el barrio, pero reclaman una actuación más contundente. Por su parte, fuentes de la comisaría indicaron que se está a la espera de que el juzgado dicte la orden de desalojo para poder intervenir en las viviendas conflictivas.