Los vecinos de Alfredo Brañas estallan contra el ruido, el botellón y la inseguridad

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

cedida

Denuncian la «inacción» del Concello ante una situación que se repite cada madrugada desde el jueves al domingo

10 ene 2019 . Actualizado a las 23:38 h.

No pueden más, y están dispuestos a llevar su situación a las instancias judiciales que sean necesarias para poner fin a los ruidos y al botellón que comienza en la noche del miércoles, y se repite cada madrugada hasta el domingo, en la rúa de Alfredo Brañas. Una de las vecinas afectadas, que vive en un quinto piso, asegura que «el ruido entra en casa, y eso pese a que tenemos ventanas herméticas». Otro vecino lamenta la «inacción del Concello, que sencillamente pasa de nosotros. No hacen nada, les damos igual».

A los continuos problemas de ruido se unen también los de inseguridad. La noche del 5 al 6 de enero, un grupo de jóvenes entraron en uno de los portales, situados frente a la discoteca La Facultad, y vaciaron los extintores. Por las noches, los vecinos optaron por desconectar los porteros automáticos, porque «tocan de continuo, y rompieron el cristal de un portal», lamenta un residente. «Con todas las cosas que están pasando, cualquier día hay una desgracia, y entonces vendrán los lamentos», señala una de las comerciantes harta de limpiar los vómitos que la reciben cada jueves, viernes y sábado por la mañana.

Los vecinos aseguran que todas las madrugadas se concentran ante la puerta de la discoteca numerosos grupos de jóvenes, que «ponen música a todo volumen en sus móviles», e improvisan pistas de baile en la calle. A partir de las dos de la mañana, «nadie duerme». No solo tienen constancia de chavales que sacan vasos de cristal de la discoteca para seguir la fiesta en la calle, sino de grupos que llevan botellas y las beben sentados en los bancos de la vía pública. El botellón, según los denunciantes, solo paró unos años hace tiempo, pero con la reapertura de la discoteca «se acabó la tranquilidad, y ahora es la calle sin ley». Una vecina explicó que es habitual encontrar «hasta siete u ocho vasos de cristal en los portales, y en una ocasión me encontré a uno de la discoteca llevándoselos para que los vecinos no tengamos las imágenes de la vergüenza».

Uno de los rincones favoritos para hacer botellón resguardándose del frío son las escaleras de uno de los portales, donde estuvo el comercio de Cultura Urbana, pero también en la escalinata del hotel y en la entrada del aparcamiento. «Les da igual, porque la Policía Local no aparece, aunque se le llame», se quejan.

Varias comunidades de propietarios se unieron para presentar denuncias en el Concello, y están dispuestos a no parar hasta recuperar la tranquilidad. «Nos afecta a la salud. Yo voy a trabajar sin dormir», explica un vecino. Desde las comunidades se pide a las autoridades locales que pongan los medios necesarios: «Hay unas ordenanzas para sancionar por orinar, beber en la calle y hacer ruido. Solo tienen que ordenar a la policía que actúe».