La capacidad de unir a diferentes colectivos y representantes de diferentes sensibilidades políticas en torno a su figura fue otra de las cuestiones destacadas. En este sentido, el secretario de la Fundación Valle-Inclán, José Antonio Ponte Far, incidió que el homenaje debería servir como «punto de arranque para unir esforzos e traballar todos para resaltar a figura de Valle-Inclán».
Antes de las intervenciones, fueron colocados sobre la lápida que cubre los restos de Valle-Inclán tres ramos de flores, uno en nombre de las entidades que impulsan su figura -sus museos y el colectivo de Amigos-, otra por parte de la Xunta de Galicia -que situaron el conselleiro y el director xeral de Políticas Culturais, Anxo Lorenzo- y una corona del Concello -que pusieron el alcalde y la concejala de Acción Cultural, Branca Novoneyra-. El regidor compostelano también recordó a Díaz Pardo colocando una manzana en su tumba.