El ganadero acusado por sus vecinos de maltrato animal pasó todas las revisiones anuales de la Xunta

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

El informe pericial que suscitó la restricción de pasto en una de sus fincas dice que hace un «pastoreo inaxeitado»

20 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras ser acusado por sus vecinos de A Enfesta de «rozar el maltrato animal», el ganadero santiagués al que ha limitado el Concello los días de pasto en una de sus fincas a siete días al mes ha salido de nuevo a la palestra para desmentir que sus vacas estén en malas condiciones. A través del despacho de abogados que lo defiende, el de Concepción Rúa, quiere despejar cualquier duda que pudieran crear en la opinión pública, pero con pruebas. Entre ellas están los documentos que acreditan que pasó todas las revisiones sanitarias anuales que hace la Xunta.

«Los animales y la propia explotación de Jorge Piñeiro tienen el aval de los veterinarios de la Xunta, año tras año. Eso se puede demostrar, pero que hay maltrato, como dice el matrimonio que vive al lado de la finca en cuestión, no», subraya su abogada.

«El prado tiene barro o no, dependiendo del día que haga, como cualquier otro. Y que las vacas estén en la finca no les perjudica. Se trata de frisonas, una raza que viene de Holanda, adaptada a un clima lluvioso como el de Galicia. Además, Piñeiro produce leche ecológica, y es recomendable que pasen cuanto más tiempo posible al aire libre», continúa la letrada que representa al ganadero. Insiste en que «no hay normativa que impida que las vacas estén fuera» y Raxoi se extralimitó en sus requerimientos.

La finca es anterior a la casa

Para concluir, recuerda al matrimonio que denunció ante el Ayuntamiento a Piñeiro por las molestias que genera el uso que hace de la finca, que esta ya existía como parte de la base territorial de la explotación antes de que ellos construyeran allí su casa. La abogada destaca que «es decisión del propietario si pone en ella patatas, maíz o la usa para el ganado». Esta misma idea trasladó el propio productor: «Entendo que os veciños non queiran as miñas vacas ao lado da casa, outra cousa é que non poida telas».

El informe pericial encargado por el Concello a raíz de las quejas de los vecinos contra Piñeiro aconseja que se rote el uso de las parcelas para que tengan un descanso y se mantenga la calidad y cantidad de pasto. En firme, concluye que «se está a exercer un pastoreo inaxeitado, non respectando o estado húmico do terreo nin os tempos de rexeneración da cuberta vexetal». Dice, además, que la superficie de las instalaciones es «insuficiente» para albergar la cantidad de animales que tiene la explotación, si bien es cierto que el documento parte de un error. Atendiendo al registro vacuno de la Xunta, sostiene que se ha aumentado el número de cabezas de 1 a 73 en 12 años. Por ello Piñeiro se ha visto obligado a demostrar con los mismos registros de los veterinarios autonómicos que no ha aumentado en reses sino todo lo contrario. En los últimos años ha decrecido, afirma.

Cruz Vázquez, portavoz de la segunda parte demandante, la asociación vecinal Ponte Sionlla de A Enfesta, sale en defensa de las medidas adoptadas desde el Ayuntamiento: «El Concello no merece crítica en este caso, actuó en defensa de los ciudadanos y no del infractor». Por otra parte, sostiene que los excrementos que «se acumulan» en el prado y en la propia carretera implican un riesgo de contaminación ambiental: «Hay un río próximo y, por pendiente, puede llegar a él».