Los denunciantes del ganadero santiagués: «O estado das vacas roza o maltrato»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La asociación vecinal de A Enfesta dice que la finca de la discordia se usa «como establo»

19 dic 2018 . Actualizado a las 17:01 h.

«É indignante». Con esas dos palabras resume la situación el matrimonio que vive pegado a la finca de la discordia de Reboredo, en la parroquia compostelana de A Enfesta. Desde el 2014 han presentado ante el Concello de Santiago más de 40 denuncias contra Jorge Piñeiro, el ganadero que primero fue multado por el Ayuntamiento a causa de los excrementos que sus vacas dejaban de camino al prado y luego por utilizar uno de sus prados para la estabulación. «Non denunciamos por capricho», sostiene él, pues han documentado sus acusaciones con cientos de fotos, entre ellas una serie que muestra 60 días seguidos (en los meses de agosto y septiembre de este año) cómo las vacas entran a ese terreno para pasar la noche. Es decir, continúa, «está a incumprir» el máximo de días en que puede llevar a los animales a dicha propiedad fijado por Raxoi: cuatro seguidos y siete al mes como mucho. Y lo que es más grave, añade, «o estado no que ten as vacas roza o maltrato».

El matrimonio asegura que, al carecer este en su explotación de fosa de purín, usa dicha finca para que las vacas defequen en ella. Al estar a solo unos metros de su domicilio, «non podemos nin abrir as ventás, a roupa temos que secala no faiado e está a casa rodeada de moscas». Explican que llevan más de dos décadas afincados en el lugar y el terreno lindante «antes se utilizaba para forraxe, para millo, herba... como calquera. O problema vén do 2014, cando empezou a usalo para deixar o gando».

«Dormen alí os días: chova, arroie, neve ou xee», inciden. Aseguran que tienen para beber «unha bañeira oxidada» y que el prado está lleno de maquinaria «e porquería» que debía retirar por requerimiento del Concello, pero «no lo ha hecho». Como hijos de labradores, dicen sentir pena por las reses, al tiempo que todo el proceso legal les está generando también un gasto notable.

Problemas viarios

«Leva as vacas cando xa escureceu, sen luz nin distintivo ningún». «Y ya hubo algún accidente de tráfico por esto», apunta Cruz Vázquez, la presidenta de la asociación vecinal Ponte Sionlla de A Enfesta. El colectivo ha trasladado también al Concello en muchas ocasiones sus quejas contra el ganadero, tras tratar previamente de solucionar el problema por la vía del diálogo con él sin éxito, indica. Lo acusan, igualmente, de utilizar la parcela en liza «como establo, para la estabulación» e incumplir las restricciones a su uso fijadas cautelarmente por el Concello.

Vázquez dice que Piñeiro «se viste de víctima pero es un infractor» y señala que las defecaciones de sus reses en la vía pública que da acceso a esa misma finca siguen siendo un problema: «Es una vía de circulación importante, porque conduce al aeropuerto como alternativa y a otras carreteras principales... Incluso recibimos quejas de ciclistas y corredores».

El despacho que representa a Piñeiro puntualiza que la Policía Local acudió periódicamente al lugar y «no pudo acreditar que las vacas van a diario a la finca, como dicen los denunciantes. Y, aunque fuera así, no hay una ley que impida llevar las vacas al prado cuándo y las veces que uno quiera. Eso no implica estabulación, para que la haya tiene que existir una construcción. De hecho, hay vacas y caballos mostrencos que pasan toda su vida a la intemperie y no hay problema ni son maltratados».