Los homenajeados vivieron la jornada con orgullo y emoción
15 dic 2018 . Actualizado a las 17:50 h.Santiago ha enriquecido su lista de agradecimientos institucionales con la entrega de las medallas de oro de la ciudad, su distinción más destacada, al empresario José Otero y al colectivo Cantigas y Agarimos, al que su casi centenaria trayectoria en defensa del patrimonio folklórico y musical de Galicia le ha permitido recoger su segunda medalla de oro.
No menos importante que estos reconocimientos fue la declaración de hijo predilecto de Santiago para el empresario Ramón Castromil en un acto en el que también se destacó, con una mención especial, a otros colectivos culturales de Compostela: Brincadeira, Colexiata de Sar y Ultreia. Dada la significación del acto institucional y la numerosa asistencia de invitados, el escenario elegido fue el Hostal.
El regidor, Martiño Noriega, consideró estos nombramientos, los primeros que otorga el Concello de Santiago en el marco de un reglamento nuevo, que sustituye a un texto de 1966, una muestra gratitud hacia quienes reconoció como «construtores desa Compostela da xente e das persoas».
La primera persona en recibir el homenaje, en su caso el de hijo predilecto, fue Ramón Castromil, cuya empresa, fundada por su abuelo y de la que él cogió las riendas en 1969, abrió en 1918 la primera línea de autobús de viajeros entre Santiago y Pontevedra. En su discurso destacó su fuerte conexión con la ciudad. Castromil reconoció que recibía el nombramiento con orgullo y emoción y se definió a sí mismo como una persona «que ama profundamente a súa cidade».
La medalla de oro de Cantigas y Agarimos la recogió un miembro de su directiva, que expresó «o noso sinceiro agradecemento máis alá da palabra grazas» y reiteró el compromiso para apoyar «a nosa cultura».
José Otero recogió su medalla pero delegó la responsabilidad de su discurso en el gerente de la fundación que creó con su esposa. Antonio Linares, agradeció el reconocimiento en nombre de la entidad y dio lectura a las palabras del galardonado, que quiso compartir el honor de la medalla con su mujer y los trabajadores de sus empresas.