La familia Couceiro, tres generaciones al cargo de las chirimías de la Catedral

Son una familia ligada de siempre a la música de banda en A Estrada y Santiago. Pero los Couceiro, «que é como nos coñecen na Catedral», son además una saga de músicos que han tocado ante distintos papas. Lo hacen por su vinculación con el grupo de las chirimías de la Catedral compostelana, integrado por dos de estos instrumentos, dos fagots y dos trompas. Jesús Couceiro, músico de la Banda Municipal de Santiago, tocó una de las chirimías hasta su fallecimiento en el año 2013, y ejecutó la Marcha de las Chirimías ante Juan Pablo II. En el 2008 se incorporó al grupo su hijo Severino para tocar la otra chirimía, un instrumento con una caña similar al oboe y que se conserva en activo únicamente en la Catedral de Santiago.

El sexteto interpretó su marcha medieval en el año 2010 en el Pórtico de la Gloria, para recibir al papa Benedicto XVI: allí estaban Jesús y Severino Couceiro junto a sus cuatro compañeros.

Seve guarda en su memoria las palabras del pontífice: «Molto bene, grazie», una felicitación que llegó más tarde por escrito desde El Vaticano al arzobispado. A cada uno de los integrantes les hicieron llegar también un par de fotografías del momento.

Tres años después, en el 2013, el fallecimiento de Jesús obligó a buscar un sustituto: «Empezamos a buscar a alguén que se comprometese, porque hai unhas datas no ano nas que se toca a Marcha das Chirimías, e non se pode faltar». Su hijo Iago Couceiro es músico, pero de percusión. Hubo que convencerlo para que se animara con un instrumento de viento como la chirimía: y fue así como debutó la tercera generación de la familia Couceiro en el sexteto, el 25 de diciembre del 2013. Seve Couceiro guarda junto a su teléfono móvil el calendario de fechas de interpretación de esta antigua marcha de 16 compases. Son 13 jornadas en el año. Mañana, día 8, es una de ellas. Y las chirimías volverán a sonar.

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