Las tapas de registro mal selladas desesperan a los vecinos de Basquiños

p. C. / m. M. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

marga mosteiro

El ruido que hacen al pasar los coches sigue sin solventarse tras varias reparaciones

02 nov 2018 . Actualizado a las 09:43 h.

El ruido que siguen haciendo las tapas de registro en Basquiños al pasar los vehículos sobre ellas tiene a más de un vecino desesperado. Tanto, que han emprendido una segunda recogida de firmas en el barrio -la primera se hizo hace seis meses- para poner solución a un problema que viene de lejos y no acaba de solucionarse. Reclaman que «se arranxen as cousas ben» y que se ponga una solución definitiva, «non a contagotas», como hasta ahora.

Después de que en el verano se arreglase el asfalto y hormigón dañados alrededor de los elementos de fundición, la empresa encargada de la remodelación de la calle en el 2015 volvió la semana pasada para cambiar alguna tapa de registro por una nueva que se ajuste mejor. La intención es comprobar, en primer lugar, si de esta forma dejan de sonar o habría que hacer algún ajuste más para luego actuar en el resto y proceder al sellado definitivo.

Las deficiencias que arrastra la calle tras la intervención de hace tres años siguen alargando la lista de sombras que pesan sobre el conflictivo proyecto frente a las luces, que también las hubo.

El Concello de Santiago explica que la obra está todavía en garantía y sin recepcionar, a expensas de que la firma adjudicataria solvente las deficiencias que han ido surgiendo en este tiempo. Y la empresa responsable ha actuado tres veces a requerimiento del Ayuntamiento, destaca.

Cabe recordar que las quejas por el molesto ruido que generan las cajas de registro se remontan a septiembre del 2015, coincidiendo con la reapertura del primer tramo remodelado. Aunque en enero del 2016 se volvió a cortar la calle para subsanar el problema, no se consiguió. Y tampoco en las posteriores actuaciones, que han ido minando la capacidad de aguante de los afectados.

Tras muchos meses en pie de guerra, la paciencia se acaba para los vecinos y comerciantes de Basquiños, cansados de escuchar continuamente el repique metálico, día y noche. A estas alturas, hay quien afirma que tan «chapuceira» fue la obra como «os parches».