El aniversario del aeródromo militar fortaleció sus vínculos con la sociedad

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Un acto castrense puso fin a la celebración de los 25 años de la plataforma aérea

20 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El aeródromo militar de Santiago cerró ayer el programa conmemorativo de su veinticinco aniversario con un acto castrense que trajo a la actualidad el pasado de la presencia del Ejército del Aire en Galicia con la creación, en 1944, del sector aéreo y del destacamento de Lavacolla, que en 1993 se convirtió en la actual plataforma aérea militar, la única que existe en el Noroeste peninsular, un aeródromo con vocación logística y de apoyo, como explicó su coronel jefe, Manuel Muñoz Mompó.

Presidió el acto militar el general de división José Alfonso Otero Goyanes, jefe del Mando Aéreo General, que estuvo acompañado por el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la valedora do Pobo, Milagros Otero; y, por el Concello de Santiago, el concejal delegado de Seguridade, Xan Duro, entre otras autoridades civiles y militares. También asistió una amplia representación de la sociedad compostelana y de los cuerpos de seguridad y colectivos que colaboraron en los actos que durante los últimos meses conmemoraron los cinco lustros de servicio del aeródromo. Todos ellos recibieron reconocimientos por su contribución, y también quedó de manifiesto el agradecimiento a las distintas Administraciones por el apoyo que prestaron.

Hubo tres momentos especialmente emotivos en el acto castrense celebrado en la plaza del Helicóptero del aeródromo militar de Lavacolla: la ofrenda floral en homenaje a todos los miembros de las Fuerzas Armadas y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que fallecieron en acto de servicio. Asimismo, el recuerdo, entre estos últimos, de los cuatro tripulantes del hidroavión Canadair del Ejército del Aire que murieron cuando, actuando con base en Lavacolla en la lucha contra los incendios forestales, sufrieron un accidente el 9 de septiembre de 1988: los capitanes Pedro Álvarez de Sotomayor y Jesús Cembranos Díaz, el teniente Carlos Ramírez Esparza y el sargento Juan Carlos Muyo Romero. Y muy emotivo fue también el homenaje al Servicio Aéreo de Rescate (SAR), que en las décadas de los setenta y ochenta, prestó un ingente servicio en situaciones de emergencia y máximo riesgo en Galicia, especialmente en rescates en el mar.

El coronel Muñoz Mompó glosó la historia del servicio de salvamento justamente en la plaza del aeródromo donde se levantó el monumento, coronado por un antiguo helicóptero del SAR, a cuyo pie fue descubierto un monolito. Leyó un relato del general de división jefe de Movilidad Aérea (JMOVA), Julián Roldán Martínez -presente también en los actos celebrados ayer- que, a través del recuerdo de dos intervenciones realizadas por el SAR con el helicóptero con base en Alvedro, cuando él prestaba servicio en esta unidad en diciembre de 1989, puso de manifiesto la trascendencia de las múltiples actuaciones realizadas en Galicia, en muchas ocasiones en situaciones de riesgo extremo, durante los dieciocho años en los que estuvo operativa. Esos dos rescates fueron los de los diecisiete tripulantes del pesquero Mariscador, y de los catorce supervivientes del carguero rumano Topoloveni.

El acto de ayer también sirvió para poner en valor el objetivo de los actos conmemorativos del veinticinco aniversario del aeródromo de Lavacolla de acercar a la sociedad el servicio que presta el Ejército del Aire. En este sentido, destacaron la jornada de puertas abiertas y exhibición aérea del 2 de septiembre, seguida por unas 24.000 personas.

Espectacularidad e impacto social

De los actos conmemorativos del veinticinco aniversario del aeródromo militar de Santiago, sobresalieron por su espectacularidad e impacto social la intervención de paracaidistas con las banderas española y gallega en la parada militar de los actos del 25 de julio en el Obradoiro y la jornada de puertas abiertas del 2 de septiembre. fotos xoán a. soler