Se optó por un empedrado «poco llamativo» que permitiese los días de lluvia pasear por el parque compostelano sin temor a embarrarse
15 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace 28 años, por estas fechas, las máquinas entraron a la Alameda para dotar su paseo central y el primer pasillo de cruce, entre la avenida Juan Carlos I y la zona de San Clemente de pavimentación. La decisión tomada por el gobierno local se impuso a la oposición al cambio que surgió un tiempo atrás, cuando se promovió instalar baldosas alicantinas. En este caso, se optó por un empedrado «poco llamativo» que permitiese los días de lluvia pasear por la Alameda sin temor a embarrarse, anunciaba el ejecutivo en octubre de 1990, coincidiendo con el arranque de las obras.
La actuación, que ascendía a cerca de 60 millones de pesetas, también se extendió a los paseos inferiores del coto de Santa Susana y a la pista que conduce a la iglesia, entre otras intervenciones conducidas a dignificar un enclave histórico.