El Concello evalúa alternativas de larga duración para aparcar en el Ensanche

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

Serían en zona de ORA, pero fuera de los puntos de mayor presión comercial

01 oct 2018 . Actualizado a las 02:25 h.

Trabajar y aparcar en el Ensanche se ha convertido en un binomio imposible. Si la reforma de Carreira do Conde ya se lo puso difícil a los empleados de la zona que buscaban refugio a diario en la ahora rúa peatonal, la aplicación estricta del límite horario que fija la ordenanza de la ORA lo ha hecho prácticamente inviable. Porque no solo se trata de reponer el tique cada dos horas, el horario máximo de pago que admite el sistema.

La aplicación que se instaló con la municipalización del servicio requiere el cambio de ámbito para seguir estacionando. Y ahí surge el escollo que tanto malestar ha despertado entre los trabajadores de la zona desde este verano. Porque la mudanza de ámbito implica mover su utilitario rumbo al campus u otros espacios del entorno, algo incompatible con sus ocupaciones laborales, por no mencionar las dificultades serias de hacerse con un hueco también en esas zonas, las principales alternativas a las que dirige el Concello a quienes buscan estacionamiento de larga estancia en el centro.

La modificación normativa intentará aportar una alternativa para los trabajadores, aunque será limitada. Y no solo porque la prioridad será la rotación que permita el acceso a los ciudadanos que requieren realizar gestiones o compras en el centro, sino porque las sucesivas reformas del ámbito han mermado de forma importante la capacidad de estacionamiento en superficie.

De hecho, en las calles que se han transformado en los últimos años, la posibilidad de aparcamiento es residual (Xeneral Pardiñas y Montero Ríos), cuando no nula, como en Alfredo Brañas y Carreira do Conde. Y la actual transformación de la avenida de Vilagarcía y de Castrón Douro ahondará en una merma contra la que el Ensanche lleva años pidiendo alternativas que no pasen por las onerosas cajas de los aparcamientos subterráneos.

La prioridad, porque ese es el «obxectivo» de la ordenanza reguladora del estacionamiento en la vía pública, seguirá siendo la rotación, defiende el concejal de Espazos Cidadáns, Jorge Duarte, quien no obstante anuncia que en esa revisión normativa se está planteando la posibilidad de establecer una zona de larga duración (cuatro horas, como en el campus) para trabajadores, una posibilidad que ya existía en la normativa municipal, pero que no se estaba aplicando. Esa alternativa sería dentro de la propia ORA. La reflexión se dirime entre si procurar la reserva de plazas de larga duración dispersas o si se concentran en una sola zona. En cualquier caso, se concretarían en las zonas de menor presión del ámbito del Ensanche.

El edil se resiste a apuntar posibles ubicaciones sobre una cuestión que está todavía por determinar, pero sí precisa que será sobre el actual ámbito de la ORA. Pero ni esa ni las demás modificaciones normativas serán inmediatas. La revisión de la ordenanza requiere su tiempo y no sería efectiva antes del 2019. Los residentes del Ensanche ya disponen de la posibilidad de estancias de larga duración (hasta cuatro horas con la mitad de precio que el régimen general), una posibilidad que Duarte considera que no tuvo la «penetración adecuada». Esa modalidad requiere la solicitud de una tarjeta con un coste anual, ahora mismo, de 50 euros. La pretensión de Compostela Aberta (CA) es extender a todos los residentes del municipio la posibilidad de la larga duración en el Ensanche de la que ya disponen sus residentes, porque «non debemos olvidar que o obxectivo é que sexa posible atopar prazas para aparcar» para que «o comercio e a hostalería poidan ter alternativa para os clientes». Porque «todas as posibilidades non caben» y «aparcar no centro debe ser para residentes que non teñan praza e para usuarios do comercio».

Entretanto, afirma, se trabaja para mejorar el servicio de transporte urbano y con el objetivo de dotar nuevas áreas de estacionamiento de borde. Aparte de las programadas en Altiboia y Conxo, entiende que debería haberlas en las entradas de la ciudad.

 

Una de las alternativas que quiere promover Raxoi para aliviar las estrecheces de la ORA del Ensanche es la bolsa de aparcamiento de Pontepedriña bajo la red ferroviaria. Para ello, tendrá que aplicar medidas para forzar la rotación de los coches, que «acampan» de forma gratuita, durante horas, incluso días. Además, su capacidad es limitada y está a nueve minutos caminando de la praza Roxa.

Capacidad limitada y sin rotación de vehículos en la actualidad

Pontepedriña. 9 minutos

El Campus Vida es otra de las propuestas más socorridas del gobierno local para dirigir a los coches que buscan aparcamiento en el Ensanche. No obstante, la zona universitaria, regulada con ORA de larga duración (cuatro horas), soporta ya una fuerte presión de tráfico y previsiblemente la reforma del ámbito, prevista por la USC y el Concello, supondrá la eliminación de plazas de estacionamiento.

Una zona con mucha presión y que con su reforma eliminará coches

Campus Vida. 10 minutos

El aparcamiento periférico de Santa Marta es una opción válida para los usuarios que puedan permitirse emplear quince minutos o más en llegar al Ensanche caminando. El transporte público es una opción, pero suele conllevar tiempos de espera. Esta zona municipal de aparcamiento, gratuita, suele estar abarrotada, sobre todo por las mañanas, por la demanda que generan los hospitales.

Área periférica de estacionamiento libre que ya tiene alta demanda

Santa Marta. 19 minutos

En los últimos tres lustros el centro perdió unas 1.500 plazas en superficie

La normativa que el gobierno local someterá a revisión fijará también bonificaciones para vehículos censados en Santiago, aunque serán de escaso impacto. Porque si bien una apunta a dos horas gratuitas de estacionamiento en el Ensanche para los compostelanos, será por un cómputo anual. El control se hará por matrículas y la ordenanza decidirá si serán de consumo en un solo uso o en varios. La otra bonificación sería de gratuidad para los vehículos eléctricos, de muy limitadísima implantación todavía en la ciudad. Y no parece que el acceso sin coste a la ORA vaya a incrementar ese ritmo, si bien Duarte apunta que «parece unha axuda importante» para compensar a quien «aposta por reducir a contaminación».

Porque el problema del Ensanche ya no es solo poder aparcar sin que se resienta el bolsillo -en mayor o menor medida, según se encuentre hueco en la ORA o se tenga que recurrir a la oferta bajo rasante-, sino la progresiva merma de espacio en superficie. Desde el 2001, el centro de la ciudad (el Ensanche y su entorno) ha perdido al menos 1.500 plazas en superficie, de las que 1.100 estaban en ámbitos regulados por la ORA, mayoritariamente en la zona nueva. Con implantación en el Ensanche (régimen general de dos horas máximo), el Campus Vida (larga duración: hasta 4 horas) y parte del casco viejo (1 hora), la ORA gestionaba entonces 2.700 plazas. Actualmente tiene vinculadas 1.600, aunque unas 250 solo fuera de horarios de carga y descarga. Comercio y residentes siguen esperando por alternativas en el entorno, una vieja demanda insatisfecha.

«No puedo salir cada dos horas por el coche»

El malestar se ha instalado entre los trabajadores del Ensanche por la aplicación del límite de permanencia en la ORA y por el temor a que se le escape la clientela por falta de alternativas

r.m.

La imposibilidad de estacionar más de dos horas seguidas en el régimen general de la ORA ha encendido los ánimos en el Ensanche, sobre todo entre el comercio, por su doble afectación como demandante de aparcamiento de larga duración y por el efecto que tiene entre sus clientes la repercusión de ese mismo límite, la merma de espacio en superficie y el coste de los párkings.

Si bien el incremento del espacio peatonal invita a disfrutar de la zona, ven la falta de alternativas para el vehículo como un verdadero obstáculo en el que las áreas comerciales ganan terreno. «Si vas a estar aquí dos horas y el párking te sale a 5 euros, pues no te compensa», afirma Carla Aguilar, quien se acerca a diario a pie hasta su puesto en Xeneral Pardiñas tras dejar su vehículo en Pontepedriña, no sin dificultad, pero con más garantía de éxito que en el campus, «que está imposible».

Pero entiende que son distancias disuasorias para quien se quiere acercar a hacer compras. «En el centro, o metes el coche en el párking o es imposible», lo que invita a muchos a irse a otras áreas comerciales, o a parar con muchas prisas para acotar la factura del estacionamiento, «porque cobran una barbaridad». «Y eso nos repercute», dice, aunque Carla no es la única que vive además los agobios de quien no encuentra acomodo en superficie y quiere evitar los párkings. Las prisas del cliente, preocupado ante estancias puntuales en zonas de carga o descarga o en doble fila -por la falta de espacio en la ORA- las conoce también Esperanza. Desde un establecimiento de Doutor Teixeiro afirma que en Santiago todo está enfocado para el turismo, la Catedral y para «que aparques en los párkings, que son carísimos». Hace años que ella optó por disponer de un garaje, pero lo de limitar la estancia máxima a dos horas le parece de «acoso y derribo» cuando, además, ante la necesidad de mover el coche «tienes que irte a la Residencia». Las autoridades, sin distinción de gobiernos, dice, «no miran por el comercio de Santiago».

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Dou cambio todos os días

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Natalia Garrido no solo comparte su enfado, sino que también lo sufre personalmente. Ha tenido que prescindir del vehículo para ir a trabajar porque «no puedo salir cada dos horas» a moverlo. Y, además, a una zona alejada. «Está muy mal gestionado», dice, pensando también en los clientes del comercio y la hostelería, porque dos horas a veces no son suficientes «para hacer recados, comer o ir a la peluquería». «Para eso te vas a un centro comercial», lo que «perjudica a todo el centro».

Para el comercio parece esencial «que te dejen cambiar el tique sin mover el coche». De esa opinión es Ana Freire, trabajadora igualmente del Ensanche, zona en la que Ángeles Garrido se instaló hace apenas un mes. En su caso, en Ramírez y, aunque desconoce cómo va la ORA, entiende que algo no debe de funcionar bien, al menos en el mecanismo de pago: los usuarios «pídenme moito cambio». «Dende que abrín dou cambio todos os días».

«Tendrían que inventar algún sistema» que facilite lo de las monedas, apuntan desde otro local del Hórreo con igual trasiego. Es lo habitual en los comercios con parquímetro próximo, aunque uno de Doutor Teixeiro poco menos que acabó siendo una asesoría sobre la ORA desde que arrancó la municipalización. «A xente estaba un pouco perdida ao principio» y las consultas eran habituales. Y aunque decrecieron, persisten. Ahora más vinculadas con el período máximo de estancia. «Antes [de la municipalización] non preguntaban e agora preguntan moito», afirma Nerea Fernández. A tan solo unos pasos, Nuria Iglesias acaba de encontrar una plaza para su vehículo en una ORA «que en vez de facilitar genera más problemática». Y no está dispuesta, dice, «a pagar 120 euros por una plaza de garaje, aparte de que no hay; ni a dejar a diario 12 en un párking». Y «no puedo salir todos los días cada dos horas», apunta molesta.

Fran Villasenín hace años que decidió contratar una plaza de garaje, con la que se ha sacado de encima el estrés diario de buscar estacionamiento. Y aunque entiende que lo ideal sería no utilizar tanto el coche en una ciudad del tamaño de Santiago, también sostiene que el transporte urbano no ayuda. Y debería hacerlo. Una contradicción, señala, porque «non podes depender do autobús para ir traballar, porque te pode deixar colgado». Un buen servicio de autobús, pero «bo», es lo que demanda Javier Castrelos, quien ve más el problema de las limitaciones de la ORA para su esposa, trabajadora en el Ensanche, que para él mismo como usuario. «Eu non poñería o límite horario, porque non se axiliza nada no centro e quédase curto para quen traballa nel», aunque por preferir, prefiere el modelo de movilidad del centro de Pontevedra, con un «bo transporte» y aparcamientos de borde.