Hernández pide paso en Raxoi para arreglar «problemas diagnosticados»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Reclama otra oportunidad para liderar la capital por encima de las ideologías

23 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue un alcalde sin tiempo. Agustín Hernández Fernández de Rojas se presentó en Santiago como un candidato del PP que pide otra oportunidad a los vecinos para poner en valor un proyecto al que solo pudo dedicar once meses desde la alcaldía. Ahora ha tenido tres años para curtirse en la oposición y tiene ideas que desarrollar, algunas tangibles y otras que tienen más que ver con el orgullo y el sentimiento de vivir en una Compostela universal y a la vez capital de Galicia. Los problemas, dice, «están diagnosticados», y él promete «traballo» para conseguir los objetivos.

Los populares compostelanos escogieron el mirador de la Alameda sobre el Campus Vida para reunir a un nutrido grupo de simpatizantes y afiliados de toda la vida, muchos de ellos implicados en anteriores proyectos locales, y también acudieron a la sombra de la estatua de Rosalía algunos representantes de colectivos sociales para escuchar sus propuestas.

Las hubo. Además de azotar al gobierno de Martiño Noriega, Hernández presentó algunas de las ideas fuerza que va a desarrollar en la campaña. La elección del lugar no fue casual, porque una de las banderas del PP local, de llegar al poder, será recuperar el Campus Vida «e a conexión coa Universidade». Anunció, con aplausos de la concurrencia, que si es alcalde tumbará la Casa da Xuventude, que pasó de ser un edificio de arquitectura cuestionable a ser «un problema de saúde pública» que impide abrir a la ciudad el parque de Belvís. Avanzará con la peatonalización «ofrecendo alternativas» y pondrá su empeño en resolver situaciones delicadas y de seguridad como las que se llevan produciendo meses en O Toural. Sin dar todavía detalles, se comprometió a convertir la ciudad en un lugar más amable con los autónomos y con las empresas, para lo que, dijo, no había que «innovar» políticamente porque otras urbes llevan mucho adelanto. El deporte de base volverá a ser una referencia de su equipo, y pondrá su empeño para que la ciudadanía no vuelva a apreciar «falta de mantemento nas rúas».

Pero más que cemento o gestión, Agustín Hernández quiso presentarse como un alcalde que estará a la altura «do mellor Xacobeo da historia», para lo que es necesario, a su juicio, mostrar un compromiso inequívoco con los símbolos y las instituciones de la ciudad. «Santiago non se pode entender sen as súas dimensións e a súa orixe. O que non o vexa obvia o que somos», expresó sin mencionar directamente la opción de Noriega de mantenerse al margen de los actos de la Iglesia. Él quiere ser el alcalde «da capital de Galicia», para representar a sus cien mil vecinos, pero también a los 2,7 millones de gallegos.

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