Santiago toma ventaja en el inicio de las obras de la estación de autobuses

S. L. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

Ourense arrancó el miércoles, en Vigo se licitan este año y en A Coruña están en el aire

22 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva estación de autobuses de Santiago será la primera en entrar en servicio entre las proyectadas en las ciudades gallegas. Pese a los reproches que la Xunta y el Concello han escenificado en los últimos meses, con los accesos como detonante, el que será junto a la pasarela peatonal el único equipamiento de nueva construcción de la intermodal avanza con un calendario de ejecución que debe permitir su puesta en servicio a finales del 2019 o principios del 2020.

Entre el resto de urbes, el proyecto más maduro es el de Ourense, donde los trabajos arrancaron el miércoles pasado con la demolición de dos edificios para liberar suelo para la estación, y el más verde el de A Coruña, que deberá volver a la casilla de salida al rechazar el Concello el dibujo propuesto por Infraestruturas, que sostiene que será necesario iniciar nuevamente la redacción del proyecto sobre un acuerdo de base entre las tres administraciones implicadas: Ministerio de Fomento, Xunta y Ayuntamiento.

Reordenación del tráfico

En Santiago, donde las máquinas llevan varias semanas a pleno rendimiento, solo faltaban por concretar por parte del gobierno municipal los detalles de los accesos. Compostela Aberta lleva adelante su apuesta por aprovechar la nueva estación para convertir el vial de Clara Campoamor en un bulevar con prioridad para el tránsito de peatones y ciclistas, además de la entrada y salida de autobuses. Esto se traduce en la ampliación de aceras, la supresión de un carril en cada sentido para el tráfico de vehículos y la dotación de sendos itinerarios para el tránsito de bicicletas.

Aunque tan novedoso como la remodelación del vial, que finalmente prescindirá de una rotonda para el acceso de los buses y lo canalizará por medio de semáforos, será la reformulación que implicará en la circulación de vehículos entre el periférico y Pontepedriña. La restricción del tráfico obligará al grueso de los actuales usuarios de Clara Campoamor a utilizar como alternativa el túnel del Hórreo y el vial Santiago de Cuba.

La de Compostela, con una inversión de la Xunta de 12 millones, será la segunda estación de autobuses con mayor presupuesto, solo superada por los 14 de Vigo. El departamento de Ethel Vázquez asegura que está en disposición de licitar las obras de la terminal antes de que expire el presente año, incluso con las dificultades que representa la ausencia de un plan urbanístico (PXOM). La estación de Ourense dispone de un presupuesto de 9 millones; y la de Pontevedra, la más modesta en cuanto a la inversión autonómica, contará con 2,5 millones de aportación de la Xunta. La terminal de la ciudad del Lérez se encuentra ahora en fase de redacción de proyecto, con el objetivo, subraya Infraestruturas, de que las obras puedan ser ejecutadas a lo largo del año que viene.

En la consellería destacan los avances realizados para llevar adelante la intermodalidad en Pontevedra. Pese a que fue la urbe en la que el proceso arrancó más tarde, ha adelantado en la tramitación a A Coruña, gracias al acuerdo que suscribieron la Xunta y el Concello para la financiación del proyecto.

La intermodal compostelana será la más austera entre las gallegas

Santiago será la primera ciudad gallega en disponer de una nueva estación de autobuses, que, además, será de las que contará con un mayor esfuerzo inversor por parte de las arcas autonómicas. Pero eso no evitará que el ámbito en el que se insertará sea el más austero entre los proyectados en las distintas urbes. Los 57 millones que se calculan para la factura de la intermodal compostelana apenas representan poco más de la tercera parte de los 140 estimados para la propuesta reformulada de Norman Foster para la terminal con la que Ourense recibirá el tren de alta velocidad. Y eso que el primer diseño del arquitecto británico estaba valorado en 223 millones.

El presupuesto de la estación de Santiago tampoco compite con el de los dibujos de Thom Mayne para la intermodal de Vigo, con dos versiones: una que alcanza los 152 millones y otra más modesta que baja la factura a 83. El proyecto para la ciudad olívica, que con el de Ourense son los dos encomendados a grandes figuras de la arquitectura mundial, incluye un megacentro comercial que será explotado en régimen de concesión durante un período de 50 años.