La USC cuenta con la más moderna tecnología para poder conocer la huella genética completa

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El nuevo máster en Genómica y Genética subre las plazas disponibles para este curso

20 oct 2023 . Actualizado a las 13:29 h.

Pocos secretos sobre uno mismo están libres de ser desvelados desde que la huella genética permite saberlo casi todo sobre las características físicas, la salud y la genealogía de un individuo. La huella genética, la identificación de un ser vivo por las características de su genoma, se conoce desde hace poco más de treinta años, pero en ese tiempo la ciencia evolucionó de tal manera, que hoy en día es posible hacerse una matrícula genética por menos de mil euros. Antes era el árbol genealógico; hoy en día, ya ni siquiera es necesario conocer el nombre de los abuelos para saberlo casi todo sobre los antepasados de una persona, sobre su procedencia geográfica y sobre muchos aspectos de su buena o mala salud, porque todo ello viene descrito en el código de barras genético.

Esa socialización de la huella genética está estrechamente relacionada con los avances de la tecnología. No hace tanto, solo un par de décadas, los aparatos que se utilizaban en los laboratorios para la prueba del ADN (ácido desoxirribonucleico) eran unos pesados secuenciadores que ocupaban un espacio equivalente a un metro cúbico. Ahora, los modernos secuenciadores de ADN son similares a un bolígrafo, a un pendrive o a un llavero, y su precio se fue reduciendo en proporción a su tamaño. En la actualidad rondan los mil euros, pero seguirán abaratándose.

La Universidade de Santiago es pionera en el estudio de la genética y de la medicina genómica, fundamental para la prevención y tratamiento de enfermedades que se transmiten a través de los genes de los seres vivos, no solo de las personas. De ahí que el estudio del genoma centre una buena parte de las investigaciones que se llevan a cabo en la Facultade de Bioloxía, en la de Medicina o en el Cimus (Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas). Pero también, y sobre todo, en el departamento de Medicina Legal y en el Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro (Incifor), un instituto de carácter mixto creado a través de un convenio entre la USC y la Xunta en el año 1992, aunque ya realizaba servicios de carácter forense desde el año 1978. Además de las funciones de docencia e investigación que le corresponden por ser un centro universitario, asesora a la Administración de Justicia y ofrece una amplia cartera de servicios a disposición de organismos públicos, pero también de clientes privados.

A raíz del convenio con la Consellería de Xustiza, Incifor pone la investigación genética a disposición de los servicios forenses, de tal manera que, valiéndose de una muestra genética -generalmente es suficiente con la extracción de un fluido; la saliva, por ejemplo- y a través de distintos tipos de marcadores genéticos y de técnicas analíticas se pueden resolver situaciones complejas como la identificación de personas, la identidad del individuo del que provienen las muestras, las relaciones de parentesco biológico -paternidad, hermandad o consanguinidad en general-, el origen geográfico de un individuo o la definición de sus rasgos morfológicos -como el color de la piel, del pelo o de los ojos-. Pesquisas todas ellas fundamentales a la hora de resolver una demanda de paternidad, determinar un parentesco por una cuestión de herencia, esclarecer un crimen, identificar a la víctima de un accidente o ponerle nombre a un cadáver enterrado en una fosa.

Pero, de la misma forma que antes era habitual reconstruir el árbol genealógico para saber más sobre uno mismo a través de la identificación de los antepasados, ahora cada vez más se extienden las peticiones de huellas genéticas para ampliar la información personal a través de lo que cuentan los genes. Porque la identificación del DNI genético permite averiguar qué enfermedades corremos el riesgo de padecer, así como la localización geográfica de nuestros ancestros o la explicación biológica de cuestiones relacionadas con las características físicas del demandante.

Descendientes de emigrantes

Por supuesto, el que solicita este servicio corre el riesgo de encontrarse con alguna sorpresa, pero desde luego ayuda a completar las lagunas que cada cual tenga sobre sus orígenes, por eso la prueba la solicitan cada vez más descendientes de emigrantes que quieren averiguar quiénes, cómo y de dónde eran sus abuelos gallegos. En la propagación de esta moda tiene que ver el precio del servicio, cada vez más barato, la proliferación de los laboratorios que realizan la prueba y la accesibilidad de los secuenciadores de ADN, los traductores del lenguaje genético.

Dentro de la amplia oferta de estudios que ofrece la USC en el ámbito de la ciencia del genoma, este curso se estrena un máster en Genómica y Genética que ya ha cubierto las quince plazas que ofertaba para su lanzamiento. Se trata de un curso de posgrado interuniversitario que podrá cursarse de manera presencial en las facultades de Veterinaria de Lugo y de Biología de Santiago, además de en la Facultade de Biología de Vigo.

También se podrá realizar, de forma semipresencial, una modalidad que se enmarca dentro de la apuesta que están haciendo las universidades gallegas para facilitar el acceso a sus titulaciones oficiales a las personas que tienen dificultades para compatibilizar sus estudios con un trabajo o con cualquier otra ocupación que limite su tiempo y su movilidad, haciendo uso para ello de las nuevas tecnologías y de las posibilidades que ofrecen los estudios on line.

Perfil del alumnado

El programa va dirigido a personas con interés en la investigación científica y tecnológica, así como en la transferencia de conocimientos genéticos y genómicos al sector industrial y productivo. El perfil de ingreso es amplio dada la transversalidad de los contenidos, aunque se ajusta, sobre todo, a titulados en las ramas de Ciencias, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura.

El programa incluye un módulo de prácticas externas que posibilitará al alumnado desarrollar estancias en centros de investigación y empresas punteras, sobre todo de Galicia, pero también de ámbito nacional e incluso internacional, como es el caso del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, que cede dos plazas a través de un acuerdo con las universidades gallegas que ofrecen la especialidad.