El agua potable no llega a todas las fuentes

paula hernández / i.c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

El Concello controla con análisis la red municipal y la de manantiales de Chan de Curros

20 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La zona histórica de Compostela cuenta con un total de 66 fuentes donde consumir agua potable o refrescarse en los días más calurosos del año. Pero dentro de esta lista existe confusión pues algunas fuentes que el Concello cataloga como potables tienen in situ el cartel de «agua no apta para el consumo humano». Otras no aparecen en la lista pero los compostelanos corroboran que sí llevan agua potable.

A la mayor parte de estas fuentes el agua les llega directamente desde la red municipal de abastecimiento de agua potable. Pero aún existen fuentes históricas que son abastecidas por la Rede de Mananciais de Chan de Curros. Estas aguas se concentran en el acueducto de Ponte Mantible, donde todos los días se inspecciona y controla su calidad. Estos análisis son ampliados con unos más completos que se realizan de forma mensual y en los que se controlan parámetros sanitarios como la turbidez, la conductividad, el ph, el amonio y la bacteriología. Las fuentes que siguen conectadas a esta red histórica son la de la plaza del Toural, plaza de Cervantes, Espírito Santo, plaza de San Roque, San Antonio, San Francisco, San Miguel, calle Trinidade y San Clemente. Esta última cuelga, contradictoriamente, el cartel de «agua no apta para el consumo humano» y además no tiene caudal, pero aparece en la lista del Concello de fuentes históricas con agua potable y abastecidas desde Ponte Mantible.

Las 57 fuentes restantes están abastecidas desde la red municipal de agua potable. Aquí destacan monumentos tan emblemáticos como la fuente de Porta do Camiño, plaza de Fonseca, la de Belvís o la fuente de Praterías.

A pesar de la gran cantidad de surtidores que siguen en buen estado, funcionando y controladas para el consumo humano. Existen algunas fuentes históricas en las que no se recomienda que se beba de ellas. Debajo de las escaleras de la Praza de Abastos está la gran fuente de Virxe da Cerca, que en la actualidad no echa agua. La calle Fonte Sequelo hace honor con su nombre a la fuente allí instalada en la que cuelga un cartel permanente de «agua no potable» y en la que estos días de verano tampoco hay caudal. Otra que está inactiva y sin agua es la fuente de Mazarelos, un lugar muy visitado por ser la única puerta medieval que sigue en pie.

«Esta auga bébea todo o mundo dende sempre»

El Concello de Santiago realiza los controles sanitarios pertinentes en las fuentes que son abastecidas desde la red municipal de aguas y desde el acueducto de Ponte Mantible. Pero algunas fuentes de barrio se escapan de estos análisis y por falta de control cuelgan sistemáticamente el cartel de «agua no potable». Es el caso de la fuente de Salgueiriños que, a pesar de la advertencia del cartel, durante todo el día son muchos los vecinos y coches que paran en la fuente a rellenar garrafas y botellas.

Por la mañana María Pérez, vecina del barrio, estaba lavando los bañadores en el lavadero de la fuente y explica que «moitos veciños levan a auga a analizar porque custa só sobre vinte euros, incluso a farmacéutica o fixo e non ten cloro nin nada». Ella añade que «o Concello puxo o cartel para lavarse as mans. Pero esta auga bébea todo o mundo dende sempre». El mismo día también recogieron agua de la fuente Rubén Fernández y su tía Isabel García. Él vive en el País Vasco pero su familia en Salgueiriños y viene a pasar aquí todos los veranos. «A auga da billa da casa sabe mal, como a terra, esta da fonte está moi boa e fresca porque vén directamente do manancial. O Concello puxo o cartel porque non a revisa e como vén do monte pode vir contaminada, pero está ben», cuenta Rubén. Su tía vive en el centro pero viene a propósito a coger agua a esta fuente: «Veño dende que mo recomendou unha amiga, ademais os veciños fanlle análises».

Andrea Pinela también consume agua de esta fuente. «Llevo aquí cinco años, al principio no cogía agua porque estaba el cartel pero después vi que todo el barrio la cogía e incluso venían coches a llevarse diez o quince litros. Entonces empecé a consumirla y la verdad es que es un agua muy natural».

Otro vecino, de toda la vida, también afirma que usa este agua para su consumo: «Levo bebendo este auga máis de vinte anos». En cuanto a la advertencia del cartel, sentencia: «Leva aquí máis tempo a fonte que o cartel». A su lado un joven andaluz limpia tomates, cebollas y rellena su cantimplora, cuenta que no vive aquí pero que preguntó a los vecinos si podía beberla y le dijeron que sí. «El Ayuntamiento pone el cartel para no pillarse las manos si hay una indigestión, pero a mí me dijeron que podía beberla, es un poco dura pero está bien», relata el visitante andaluz.