El Pórtico recibió 9.000 visitas en una semana

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Hasta tres horas de espera y 37 grados soportaron los turistas para ver ayer el monumento

03 ago 2018 . Actualizado a las 16:14 h.

Las visitas al pórtico de la Gloria se han convertido en una de las grandes atracciones del verano en Compostela. La reapertura del monumento, tras invertir en él diez años para su restauración, está teniendo una gran acogida entre el público. De hecho, en solo una semana han sido ya cerca de 9.000 personas las que han visto el resultado de la recuperación de la policromía en las esculturas del maestro Mateo.

De media, cada día el Pórtico recibe 1.250 visitas. Incluso bajo un sol de justicia como ayer, cuando se alcanzaron los 37 grados, seguía habiendo cola. Hasta tres horas de espera soportaron los turistas en el momento de mayor afluencia, hacia la una.

Entre ellos, algún despistado. «Pensábamos que se entraba por aquí a la Catedral», explicaba una pareja de Cuenca. Aunque, la mayoría esperaba a conciencia, como Laura y Patricia Riesgo, dos hermanas asturianas que completaron el Camino y «estando en Santiago no queríamos desaprovechar la oportunidad». Al otro lado de las vallas las esperaba una amiga santiaguesa, Beatriz Calavia: «Tengo muchas ganas de verlo, pero yo puedo venir cualquier otro día que no haga tanto calor».

Solo por la tarde, cuando se alcanzaron las máximas térmicas, la cola prácticamente desapareció. En la última semana se han probado varios sistemas para ordenar la fila de más de 300 personas que se llega a formar. La Fundación Catedral cuenta con la colaboración del Ayuntamiento para controlar los flujos de circulación en el Obradoiro. Siguiendo las indicaciones de la Policía Local, se ha recurrido a tres fórmulas. En la primera de ellas, la gente rodeaba la fachada hacia Fonseca. Otra, cruzando la plaza hacia el pazo de Raxoi. Y la última es bordeando la escalinata y disponiendo a los visitantes en formación serpenteante, al igual que en el aeropuerto, para concentrar al público en un menor espacio.

Todos los días se queda gente sin entrar. Hacia las siete de la tarde se hace un cálculo de cuántos más podrán acceder en grupos de veinticinco personas cada quince minutos al Pórtico hasta su cierre (a las diez) y se informa al resto para que no esperen en vano en la fila.