Agustín León Ara: «El curso es único, especial, enseña la música del país en el que se imparte»

raquel c. Pérez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Vítor Mejuto

Música en Compostela vuelve con su presidente, Fernández Albor, en la memoria

31 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En agosto en la Facultade de Medicina, cuando los estudiantes ya ha regresado a sus hogares, la música entra por la puerta. Es uno de los edificios de la ciudad en el que se desarrolla el curso de Música en Compostela, del que Agustín León Ara es director desde el 2012 y profesor desde 1970. En torno a ochenta alumnos se concentran este año para participar de un curso que ya es tradición, y que integra a la ciudadanía, a través de conciertos y conferencias, del 5 al 18 de agosto.

-Esta es una edición especial, con su presidente y su vicepresidente en la memoria.

-Gerardo Fernández Albor y Enrique Jiménez. Lo guardaremos a los dos, los llevaremos en nuestros corazones en todo momento. Qué curioso, los dos doctores en Medicina. De todas las carreras universitarias quizá la de Medicina sea una de las más ligadas a la música. Viví 37 años en Bélgica, y prácticamente todos los doctores que conocimos allí eran músicos. Algunos eran aficionados que habían estudiado medicina, porque sus padres no querían que se dedicasen a la música.

-¿Siguen existiendo esas reticencias?

-Sí, eso seguro, pero sin embargo hoy en día hay ganas. A nosotros este año nos va a dar un concierto la orquesta universitaria de Santiago. Existe entre los universitarios también el afán, el deseo de hacer música.

-¿A lo largo de su carrera, ha visto incrementado este afán o cree que ha decaído?

-El de mi alumnado ha crecido, desde luego. Principalmente en España. Hoy en día estamos exportando músicos a las orquestas extranjeras y hasta ahora hemos tenido que importarlos.

-¿Ha mejorado la calidad de la formación?

-Por supuesto. El curso de Compostela lleva desde el año 58, yo fui en el 59. Dentro de mi asignatura estaban Víctor Martínez, un gran violinista, o Enrique Santiago. Músicos extraordinarios formados en España que después, sí, pueden emigrar. Pero que también vuelven, como es mi caso.

-¿Cómo llega usted al curso?

-Aquel año venía como profesor de violín mi maestro. Me apunté y me quedé encantado con Santiago. Aquí conocí a la que es mi esposa, Cecilia Rodrigo. El mío es uno de los muchos matrimonios que han salido de Música en Compostela.

-El del propio fundador.

-Andrés Segovia, junto a José Miguel Ruiz Morales, que era embajador y director general de cultura del Ministerio de Asuntos Exteriores. ¿Por qué en Santiago? Porque José Miguel estaba casado con una gallega, que tiraba mucho por Galicia. Bienvenida la hora, porque desde el año 70 no he fallado y cada vez me gusta más Santiago.

-¿Cuál era la filosofía fundacional del curso?

-Dar a conocer la música española. Hablo, por ejemplo, de la de don Manuel Quiroga, violinista pontevedrés cuya música es poco conocida. Tenemos copias de sus obras y se toca cada vez más. La difusión de la música es otro objetivo, que se está consiguiendo.

-¿No se concentran en un período concreto?

-No, estamos hablando desde el Renacimiento hasta la música actual. Sea gallega, vasca, andaluza. Yo llevo partituras de Tomás Marco, de Luis de Pablo, de Cristóbal Halffter.

-¿El alumnado repite?

-Sí, ¡muchos! Hay alumnado que viene, cuatro, incluso cinco veces. El curso es único, especial, enseña la música del país en el que se imparte.

-Música en Compostela ya forman parte de la ciudad.

-Intentamos que se implique más, que nos convirtamos en una sola cosa. Mucha gente viene a escucharnos.

Del 5 al 18 de agosto. Los LXI Cursos Internacionales Música en Compostela ofrecerán conciertos abiertos al público en San Paio de Antealtares, el Hostal dos Reis Católicos y el Auditorio de Galicia. El acto inaugural será este domingo, a las ocho de la tarde, en el Hostal.

En el recuerdo. Esta edición está dedicada a quienes fueron presidentes de los cursos, Gerardo Fernández Albor; y vicepresidente, Enrique José Jiménez Gómez, recientemente fallecidos.