La avispa asiática se expande con un centenar de nidos retirados en dos meses en Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Las intervenciones se realizaron a partes iguales en zonas urbanas y rurales, y entre enero y febrero se retiraron treinta

11 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La avispa asiática, o velutina, está lejos de ser erradicada en Santiago, y las llamadas de los vecinos no dejan de recibirse en el servicio de emergencias del 012. Los bomberos de Santiago disponen de equipos especiales y de personal especializado para la retirada de los molestos nidos, y tras el descanso del crudo invierno, los trabajos de destrucción de enjambres de velutinas están siendo cada vez más habituales.

En lo que va de año se retiraron unos 125 nidos, de los que apenas treinta corresponden a los meses de enero y febrero; el resto son los que fueron localizados desde el inicio de la nueva temporada. La mayoría de los nidos de velutinas son, por ahora, primarios, es decir, se trata de pequeños enjambres en los que todavía no hay una población elevada de avispas. Su retirada es fundamental para intentar controlar la expansión de este molesto insecto. Fuentes del servicio de extinción explicaron que, a estas alturas del pasado año, ya eran más habituales nidos secundarios y había más que ahora. Sin embargo, esta situación no supone una reducción de la población velutina, sino que es consecuencia de que las malas condiciones meteorológicas están retrasando el trabajo de las avispas.

A finales del pasado año, y en los primeros meses de este, los vecinos alertaron de la presencia de grandes nidos, que aun siendo muy llamativos, algunos expertos insistieron en que no revestían peligro al encontrarse vacíos.

Solo en el mes de junio, los bomberos de Santiago retiraron 21 nidos en diferentes ubicaciones de la ciudad, y 11 en parroquias del rural. En lo que va del mes de julio, las acciones van en alza. Esta semana se retiraron dos más, uno en el Campus Universitario y otro en la avenida de Ferrol; además de otros dos en Lavacolla y en el refugio de animales de Bando. En días anteriores, los especialistas de Santiago se encargaron de desmontar cinco más en el rural y otros tantos en barrios. De acuerdo con los datos que barajan los bomberos de Santiago, los avisos de avistamiento de nidos se reparten casi a partes iguales entre el rural y la zona urbana de Santiago, aunque se detecta un número ligeramente mayor en la ciudad, posiblemente porque en el rural se ven menos, al estar ocultos en las copas de los árboles.

La intervención debe hacerse con un equipo especial de seguridad

En la retirada de los nidos de velutinas debe primar la seguridad, y por ello, el encargado de destruir el nido localizado en el refugio de animales de Bando viste un traje con un grosor superior al de los apicultores. También los guantes, aunque reducen la movilidad, son más gruesos. Las velutinas, según explica, tienen un aguijón mucho más largo que el de las abejas, por lo que es necesario reforzar la protección. Además de la máscara clásica de apicultor, los bomberos usan un casco por debajo y doble rejilla protectora para la cara.

Con esta dotación, uno de los miembros del equipo de bomberos de Santiago retiró un nido que fue localizado en el refugio. Dada la altura de su asentamiento, en este caso, no fue necesario utilizar la lanza, sino solo una escalera para acercarse hasta él, y rociarlo primero con un insecticida para avispas. Tras ser rociado, el nido se retira y se destruye. En su interior, en esta ocasión, no estaba la reina, que en los nidos primarios no permanece todo el tiempo en el interior.

Cuando el nido está a una altura mayor, los bomberos emplean una lanza para rociar el nido, que es retirado posteriormente con un gancho. Este sistema requiere de destreza para mantener la lanza recta, y conseguir acertar con el disparo de insecticida. Esta lanza se emplea para los que están las copas de los árboles.