La lluvia, las rebajas y el turismo abarrotan los párkings del centro

P. H. / J. A. / D. C. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

La elevada afluencia provoca colas en los accesos a mediodía

05 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Este mes se juntan varios factores en la capital gallega que consiguen que los párkings cuelguen el cartel de completo y los usuarios se desesperen buscando un lugar donde aparcar el coche. La operación salida, el turismo, las rebajas y el mal tiempo de los últimos días son los causantes de esta situación. A esto hay que sumar la inminente llegada de las Festas do Apóstolo y el plus de visitantes que trae consigo.

Las zonas azul, verde y amarilla están ganando cada vez más presencia al lado de las aceras, por lo que muchos conductores, resignados, prefieren dirigirse a un aparcamiento subterráneo antes que seguir dando vueltas.

En estos emplazamientos de pago, las tarifas varían según el tiempo de uso. Por lo general, dos horas de estacionamiento cuestan alrededor de 3 euros y su capacidad suele ser inferior a 500 plazas por párking.

Sin duda, la zona más afectada por esta gran oleada de desplazamientos es la del Ensanche. Allí se encuentran los aparcamientos subterráneos de la Praza Roxa y de la Praza de Vigo, los cuales, aunque con gran afluencia estos días, no han llegado a las cifras de ocupación del situado en la Praza de Galicia.

Este último es el más conocido y frecuentado, tanto por la población habitual como por los turistas, y continúa ocupado en su totalidad desde el sábado pasado, coincidiendo con el inicio de la operación salida de vacaciones. Y esto es así todos los días, durante prácticamente las 24 horas, según confirma el personal de seguridad de las instalaciones.

La llegada de las rebajas de verano ha sido, además, una de las razones que han motivado en gran medida los desplazamientos en auto para quienes se dirigen al centro, lo cual ha contribuido igualmente a esta saturación de los aparcamientos.

Novedades que se atascan

Otra de las opciones que se pueden encontrar en el centro es el párking subterráneo de A Rosa, que recibe durante este mes un flujo continuo de vehículos. El cartel de completo se cuelga en momentos puntuales durante las mañanas, pero no es respetado por los usuarios, que saben que la espera en la rampa exterior no supera los cinco minutos. Este aparcamiento, que cuenta con una demanda adicional procedente de los usuarios de los centros médicos de la zona, dispone de algunos servicios extras, como el préstamo de paraguas, cargador de batería del coche o la posibilidad de inflar los neumáticos. El punto negativo es que las plazas son pequeñas y el mal funcionamiento de las luces que indican las que están libres. Recientemente el tique que expende la máquina de control de tiempo funciona con un código QR y para pagar hay que pasarlo por un escáner; esta acción aún se le atasca a algunos clientes veteranos.

Con un uso más turístico que los anteriores, el párking más cercano a la almendra monumental es el de San Clemente, a cinco minutos andando de la Praza do Obradoiro. Al tener más plazas que los del Ensanche, no se llena con tanta facilidad.

Sin embargo, existen otras alternativas a estos tres aparcamientos que no están tan próximas al centro, pero que suelen ser por ello más desconocidas y están menos concurridas. Por precio, el municipal de Belvís y el de Xoán XXIII, también de gestión pública, son las elecciones más recomendables. El Catedral, ubicado en Galeras, y el de La Salle también tienen la ventaja de una buena situación, aunque sus tarifas no son tan competitivas como las de los dos anteriores.