Los vecinos de Vite van a clase para aprender a envejecer de forma activa

Tras años de vida laboral activa, la llegada del momento de la jubilación puede suponer un duro revés para las personas, y «hay quienes terminan cayendo en una profunda depresión, por eso es tan importante que se mantengan activos y que se preparen para el cambio», explica Isabel Redondo, asistente social del Centro de Salud de Vite. Su programa de envejecimiento activo cumple 10 años, en los que «600 personas se han formado para afrontar el cambio». En las actividades propuestas se invita a participar en talleres, charlas y visitas culturales, que ofrecen una alternativa de ocio. Este año, además de visitar el Concello, acudieron a varios museos, «en algunos casos era la primera vez que iban a museos, y ninguno había visitado el Pazo de Raxoi», explicó Isabel Redondo.

«Si algo sorprende es la implicación de los participantes. Son muy responsables, y si se comprometen a asistir, no faltan. A veces, hay un día de tormenta y pensamos que no vendrá nadie, pero vienen igual; de su responsabilidad tenemos mucho que aprender».

Además del aprendizaje concreto de cada curso y de cada taller, Isabel Redondo considera que lo más importante es que «las actividades les obligan, les dan una excusa para no quedarse en casa, porque mantenerse activos es fundamental. Buscar cosas que hacer, seguir activos, para echar fuera los pensamientos negativos, es indispensable para que cumplir años no sea algo malo. Todo lo contrario», comenta. Las actividades son teóricas y prácticas: «Si hacemos un taller de alimentación sana y equilibrada, se les ofrecen unas pautas teóricas y otras prácticas; y si hablamos de ejercicios físicos, lo mismo».

Una de las cuestiones más importantes «es evitar la soledad, así que las actividades les permiten salir, charlar, y después se hacen amigos y quedan para irse a tomar algo y hablar de sus cosas».

En la edición que ayer celebró su clausura en el centro de salud participaron cincuenta personas, pero «para el año que viene ya tengo apuntadas a veinticinco dispuestas a repetir». Los participantes son, mayoritariamente, de entre 65 y 75 años, pero «tuvimos algunos de 89 y 85 años». El perfil sufrió cambios desde los primeros años, aunque «las mujeres siguen siendo mayoría. Ahora hay más hombres, y algunos viven solos porque tienen a sus mujeres internas en residencias, lo que les genera mucha ansiedad. Los talleres les ayudan a superar la separación y, sobre todo, a no venirse abajo; a gestionar las emociones que les suponen un duro golpe».

«Es una excusa para no quedarse en casa»

Carmen Vázquez Vigo se fue a vivir a Vite hace 40 años, «cuando los niños eran pequeños; una nació aquí, y tiene 39 años. En Vite hay mucha gente mayor y los pisos no están adaptados, por eso el programa de Isabel Redondo es tan importante para nosotros», explica. «Si no fuera por estas actividades, muchos no pisarían la calle. Es una excusa para no quedarse en casa y disfrutar del barrio, que tenemos espacios abiertos, zonas verdes». En Vite «hay muchas mujeres que viven solas y están enfermas. Algunas no tienen a gente cerca y yo procuro ir a darles conversación, y de cualquier cosa hago un chiste. La risa es buena».

«Mantenerse activo es la mejor medicina»

Antonio Martínez Rial es vecino de Vite, y desde hace tres años no se pierde las actividades del programa de envejecimiento activo. «Reconozco que son estupendas y que ofrecen una excusa perfecta para salir de casa. Hay que mantenerse activo, porque es la mejor medicina», asegura. Cuando se cumplen años «la soledad es un problema, porque acabas acostumbrándote a no salir de casa y pierdes relaciones. Este programa debería estar en todos los barrios. Es un lujo». Antonio no solo acude a estas actividades, «también voy a la coral de Guadalupe, estoy en la Asociación de Vecinos de Vite y en el club Victoria. Activo siempre».

Antonio Martínez Rial

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