El rector asume el reto de colocar a la USC en la vanguardia del conocimiento

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

López pondrá «os dereitos dos cidadáns» por encima «das esixencias económicas»

06 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El rector número 172 de la Universidade de Santiago inició ayer el 227 mandato de la cinco veces centenaria institución en un acto en el salón noble de Fonseca en el que, tras recibir la medalla y el bastón de mando de su antecesor, Juan Viaño, Antonio López se inspiró en Castelao para comprometerse a colocar a la USC en la vanguardia del conocimiento y a ser referente en Europa.

Crecer. Esa es la idea que resume los objetivos que se marcó el catedrático de Dereito Financeiro para los próximos cuatro años. Crecer en presupuestos, crecer en personal, crecer en autonomía y crecer en número de alumnos. Antonio López no dudó en dirigirse personalmente al conselleiro de Educación -presente en un acto al que acudieron los rectores de la UDC y de la UVigo, además, de representantes políticos, sociales y del ámbito académico- para hacerle llegar un mensaje que pasa por superar la crisis renunciando a los recortes, por incrementar las partidas universitarias, por refinanciar la deuda para obtener recursos y por incrementar el número de alumnos, una posibilidad hasta ahora vetada a la USC. En resumen, Antonio López le dijo a Román Rodríguez: «Permítame que o sentido do meu compromiso coa miña universidade e con Galicia vaia dos dereitos dos cidadáns ás esixencias económicas, antes que das esixencias económicas aos dereitos dos cidadáns».

Eso sí, tras prometer el cargo, el rector se comprometió a «facer un uso impecable dos recursos», pero a cambio pidió que, «garantido o financiamento estrutural básico, se vincule outro financiamento ao logro de resultados». Dijo que la Universidade se había adaptado a la crisis pero que no la había superado, y que para ser una universidad de excelencia y competitiva, para estar «entre as mellores», era necesario superar los recortes, ya que «non podemos facer da crise a situación estrutural da USC».

En torno a la financiación giró la precampaña, la campaña, el resultado de las elecciones y los discursos pronunciados ayer tanto por el nuevo rector de la USC como por su predecesor. Juan Viaño reconoció que algunos amigos le habían advertido de que «o anoxo» que se estaba generando iba a provocar su derrota. Y así fue, pero él les respondía entonces, y ayer lo reiteró, que «a miña ilusión por ser reitor carecería de sentido se non temos universidade que gobernar». El catedrático de Matemáticas recordó que hace cuatro años, cuando tomó el bastón de mando, la USC estaba al borde de la ruina y de la desaparición, y que él había hecho lo que consideró necesario para lograr tres objetivos: enderezar la situación económica y financiera, garantizar las nóminas de sus cuatro mil empleados y mantener la actividad. Contó, para ello, con el apoyo de su equipo y de otras muchas personas, pero también con la oposición de algunos colectivos a los que Viaño no dudó en calificar como «egocéntricos» e «individualistas»; a su entender, comportamientos «inaceptables nunha institución superior». Quiso, a modo de advertencia, echar mano de unas palabras de Óscar Wilde en las que el gran dramaturgo británico dijo: «Prometeronnos que os soños podían facerse realidade, pero esqueceron dicirnos que os pesadelos tamén son soños».

Pese a que con elegancia Antonio López agradeció a Juan Viaño los servicios prestados y a que con la misma educación Viaño le deseó suerte a López, poco más compartieron los dos rectores. En algo sí coincidieron: los dos se emocionaron al recordar a sus familias; el rector saliente, para pedirle perdón por las ausencias; y el entrante, para agradecerle su apoyo ante los retos.

Román Rodríguez invita a las tres instituciones gallegas a apostar por la coordinación

La toma de posesión de Antonio López en el salón noble de Fonseca la cerró el conselleiro de Educación con un discurso en el que agradeció a Viaño y a su equipo la labor hecha y destacó la valía «demostrada» del nuevo rector, con el que coincidió cuando aseguró que «Galicia necesita unha universidade de vangarda, autónoma e democrática». Román Rodríguez, quien recordó que la USC era su casa y que a ella esperaba volver tras su paso por la política, aseguró que «os tempos máis difíciles xa quedaron atrás e estamos con orzamentos alcistas», e invitó a las tres universidades a ahondar en la colaboración ya iniciada para optimizar mejor los recursos. Dijo que el recién creado Consorcio Interuniversitario de Galicia debía ser «o punto de partida».