«A golpe de quejas adelantan pruebas y citas, pero el dolor es insoportable»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Ana María Carneiro Francos toma cada día siete pastillas para paliar la tortura que le producen de sus hernias discales

05 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana María Carneiro Francos vive un auténtico suplicio desde hace meses. Esta vecina de Quiroga Palacios de 67 años tiene dos hernias discales en la zona lumbar que asegura que le fueron diagnosticadas hace algún tiempo. Esta lesión le produce unos dolores «tan insoportables» que le han obligado a pasar en solo unos días del «bastón a las muletas». Su hermana Carmen lamenta la situación que vive Ana María: «La están convirtiendo en una persona totalmente incapacitada y dependiente». Pese a ello su caso no ha tenido, en su opinión, una respuesta rápida por parte de los servicios médicos del Hospital Clínico de Santiago.

La mujer se queja de que «solo a golpe de queja y de ser un insistente» ha conseguido ir adelantando citas y pruebas médicas. «Solo con reclamaciones, acudiendo al servicio de atención al paciente y siendo muy pesada consigues adelantar pruebas, y eso no puede ser», lamenta Carmen. Su calvario empezó en el invierno pasado, cuando tuvo un primer episodio de ciática. Tras hacerle una serie de pruebas en reumatología, fue derivada a rehabilitación, donde pidieron nuevas pruebas. Explica que «en el volante del médico pone claramente ‘preferente’». Sin embargo, añade, «solo después de ir directamente a radiología, porque no llamaban para hacer la resonancia, descubrimos que en la anotación no se hizo constar que era preferente. Pero hay que ir allí, que de ellos no sale». Esa resonancia se hizo «porque nos quejamos y nos movimos. Se la hicieron este pasado domingo, a las cuatro de la tarde», comenta su hermana. Pero la cita para conocer el resultado será en octubre próximo. «Se excusan diciendo que si hay algo grave nos llamarán antes. Mientras tanto mi hermana está con siete pastillas diarias: tres calmantes, tres antiinflamatorios y un ansiolítico, que encima no le calman el dolor más que unas horas».

Ana María y Carmen se quejan de la falta de diligencia a la hora de resolver una situación, que «altera la vida de las personas. Hasta en tres ocasiones hemos ido a urgencias, cuando se retuerce de dolor. Le ponen una inyección que le calma unas horas y vuelta a empezar». Lo que más les preocupa es que, «cuando al fin nos den el resultado de la resonancia, nos dirán que tiene que hacer rehabilitación, y nuevamente a la lista de espera. ¿Qué hay que esperar años para una solución médica definitiva?».

El CHUS sostiene que «no es una patología urgente» y que se llama al paciente si se aprecia algo grave

 

 

La patología de Carmen Carneiro no es, pese a su testimonio y el dolor que sufre, «urgente», según fuentes del Hospital Clínico de Santiago. Aseguran que la paciente fue atendida en los servicios de traumatología y en rehabilitación, donde se le pidieron una serie de pruebas. De acuerdo con esas fuentes, la resonancia está hecha, pero falta que sea informada por el radiólogo. El protocolo habitual del departamento, para todos los casos, es que «una vez informada, si se aprecia algo urgente o grave se llama al paciente para adelantar la cita».

Explican que la consulta de rehabilitación que la paciente tiene fijada para octubre fue puesta para entonces porque el departamento entendió que no se tendría antes la resonancia, que ahora se adelantó. Con todo, precisan que Carmen Carneiro recibirá una llamada telefónica en las próximas semanas para adelantar este consulta, aunque es necesario esperar a que el radiólogo emita su informe. Por otro lado, insisten en el CHUS en que la paciente salió del hospital con un tratamiento para el dolor, y que ahora es necesario esperar a tener todos los datos para seguir con la atención médica. En todo caso, indican que puede acudir a urgencias si lo precisa.

En cuanto a las quejas presentadas, fuentes hospitalarias indicaron que en el Servicio de Atención al Paciente solo consta una queja, que se tramitó después de la consulta en la que se le pidió esa resonancia que ya está hecha, y ahora debe esperar a ser llamada para conocer el resultado.

La familia dice que, si no recibe atención con urgencia, no descarta denunciar el caso en los tribunales. «Lo que para ellos no es urgente, a mi hermana la mantiene prácticamente incapacitada y retorcida de dolores».