El Camino de Santiago abre las puertas a una segunda oportunidad

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Cien jóvenes peregrinan con un programa de valores promovido por la jueza canaria Reyes Martel

04 jun 2018 . Actualizado a las 08:17 h.

Si las llegadas de los peregrinos que cada día entran en la praza do Obradoiro, después de recorrer cientos de kilómetros del Camino de Santiago es siempre emocionante, la entrada de los 106 menores de toda España acompañados de sus padres, educadores y voluntarios que hicieron el Camino gracias al programa de valores impulsado por la jueza de menores de Canarias, Reyes Martel, puso al borde de las lágrimas a todos los que les esperaban a los pies de la catedral. En la plaza se dieron cita representantes del Concello de Santiago, la Xunta de Galicia y el Gobierno canario, así como una representación de los jueces de menores de toda España, que se emocionaron al ver llegar a las 224 personas, que peregrinaron dentro del programa de la Asociación UP2U Depende de ti, que preside la jueza. Al grito de «UP2U Depende de ti» y «Sí se puede» entraron los adolescentes entre aplausos y vítores.

Esta es la primera vez que se suman juzgados de menores del resto de España. De los 106 adolescentes, 40 son canarios y el resto de la Península. Por ahora son 32 los jueces incorporados a la asociación, pero Martel confía en que poco a poco se incorporen todos los jueces de menores, 50 en toda España.

Cuando hace tres días salieron de A Coruña, Martel comentó que el comentario habitual era: «No puedo, no lo conseguiré, pero cuando llegamos a Sigüeiro, todos querían seguir». Durante la peregrinación hubo anécdotas que «no habríamos imaginado. Una mujer no podía más en una de las pendientes terribles, y unos niños la llevaron en volandas. Este comportamiento es ya un logro, un cambio de actitud ante los retos y ante los demás. Sin duda, ha valido la pena».

Víctor caminó acompañado de su hijo Samuel: «No pensé que nos podía ayudar tanto. Hemos hablado, he escuchado sus emociones, sus temores y él también ha escuchado mis miedos. Creo que ahora saldrá adelante», comentaba entre lágrimas. Se trata de una familia canaria, de clase media-alta, cuyo hijo, «pese a ser un buen estudiante, y deportista, de repente todo saltó por los aires, y se enganchó a las drogas. Este programa nos ofrece una segunda oportunidad». Lucía, nombre ficticio, es la madre de otra de esas jóvenes que, a sus 17 años, cree que se han descubierto mutuamente. «Nunca habíamos hablado tanto y de tantas cosas». Manuel es el padre de un niño de Madrid que dice estar ante la recuperación de su hijo. «Nada ha sido fácil, tengo que reconocer que la vida nos brinda una segunda oportunidad. El Camino ha obrado el milagro».

Los 224 participantes realizaron el Camino Inglés en solo tres días, y anteriormente, recorrieron los 49 kilómetros del Camino de los Valores, que une Santiago de Gáldar con Santiago de Tunte, en Gran Canaria. Ahora se plantea el reto de realizar la ruta al revés. La asociación que preside Reyes Martel propone repetir la peregrinación empezando por uno de los caminos de Santiago y terminando por el canario de los Valores. Este reto se escenificó en el Obradoiro con la entrega del bordón de Gáldar al vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que custodiará hasta que se devuelva la visita.

«Tienen en común la falta de valores, son niños sin límites, tiranos»

Los 106 adolescentes son de los programas de protección y de justicia juvenil, y algunos están en centros de menores. Para cada uno de ellos, tras una pena por haber cometido algún delito, se pone en marcha un programa de intervención educativa, que tiene una parte formativa y otra de ocio saludable. A cada uno se le aplica un programa individualizado, pero la jueza Martel destaca que los niños tienen en común «una absoluta falta de valores. En este mundo acelerado, los adultos nos dejamos los valores en el Camino. No les transmitimos lo que nosotros aprendimos. Dosificamos el cariño. Les hacemos creer que la vida es perfecta. Son niños sin límites, no aceptan un no, no están preparados para frustración. Son tiranos, y no habló de familias desestructuradas».