Elena López Lago: «Estamos tomando precauciones para no morir de éxito, sabemos del riesgo»

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

Advierte de que para mantener el prestigio conseguido hace falta personal, infraestructuras y presupuesto

03 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Compostelana de pura cepa, su vida estuvo siempre ligada a la facultad de la USC en la que estudió Física y de la que solo se apartó temporalmente para una estancia posdoctoral en Francia como beneficiaria de una beca Marie Curie. En una baja por maternidad recibió una llamada. Le proponían formar parte del decanato como secretaria. Fue hace nueve años, y desde entonces estuvo vinculada a la gestión de la facultad de la que el pasado mes de mayo fue nombrada decana.

-¿Es la suya una carrera para inteligentes?

-Favorece tener una mente despierta y abierta, gran capacidad de trabajo y constancia.

-Como en todas, ¿no? ¿Por qué especialmente en esta?

-Física es una facultad pequeña que despliega una enorme actividad docente, investigadora y de difusión cultural. Entran cien alumnos de grado al año, cada vez mejores porque vienen muy motivados. Tenemos una nota de corte muy alta. Este año en Física fue 10,780; en el doble grado de Física y Química, 11,261; y en el de Matemáticas y Física, 13,256, que es la nota más alta del sistema universitario gallego. Son alumnos muy participativos y dinámicos y nosotros disfrutamos impartiendo las clases; su nivel de exigencia también nos estimula. Por otra parte, funcionan muy bien los programas de doctorado, se leen más de doce tesis al año y tenemos bastante éxito en la captación de recursos vía proyectos de investigación; para mantenerse en estos niveles hay que trabajar duro porque las exigencias son cada vez mayores.

-La empleabilidad es muy alta. ¿Cuáles son los campos en los que los físicos encuentran hoy en día más trabajo?

-Los contratan enseguida en distintos campos. Aparte de la vía académica, hay oportunidades en el ámbito sanitario, en el sector de la energía, del automóvil, de la información y la comunicación, en consultoría, en el mundo de las finanzas... Están en todas partes. Tienen muy buena formación en computación, muy útil para muchas profesiones. Una de las ventajas del físico es la versatilidad que tiene.

-¿A qué se debe esa versatilidad?

-A su capacidad de resolución de problemas, de análisis y de síntesis. El físico es capaz de abordar cualquier problema; identificar las variables de las que depende; desarrollar modelos simples que lo describan y predecir su comportamiento en función del entorno. En el mercado se valora mucho esa versatilidad, esa capacidad de adaptarse a cualquier situación.

-En el CERN, el acelerador de partículas de Ginebra, tienen ustedes ya como una sucursal.

-Podría decirse que sí. Hay muchos investigadores colaborando con el centro desde hace muchos años y algunos, en puestos de muchas responsabilidad.

-Y el Instituto Galego de Física de Altas Energías, que logró el sello de la excelencia científica María de Maeztu, único en Galicia. ¿Están orgullosos?

-Sí, es el primer centro gallego y esperemos que tanto la universidad como la comunidad autónoma le conceda un reconocimiento similar, que aún así llegaría con diez años de retraso.

-¿Qué tipo de reconocimiento?

-Los centros singulares, por ejemplo.

-¿Les ha beneficiado contar con figuras de referencia como, por ejemplo, Stephen Hawking?

-Cuando hay un personaje de renombre que es muy mediático, la sociedad en general toma conciencia de algo que no existía. Para mis tres hijos, la muerte de Hawking fue un acontecimiento. No con la repercusión de las figuras mediáticas del fútbol, pero todo llegará.

-¿No temen morir de éxito?

-Estamos tomando precauciones para no morir de éxito, sabemos del riesgo. En el contexto político y económico que vive España, con una mejorable inversión en I+D, se puede decir que la facultad atraviesa un buen momento tanto en docencia como en investigación. Este estatus lo queremos mantener, pero cuanto más logras, los objetivos son cada vez más exigentes. Se necesita personal, infraestructuras y presupuesto.

«Captamos talento, pero te preguntan por su futuro y no les puedes prometer nada»

 

 

«No lo tenemos». Ni personal, ni infraestructuras ni presupuestos acordes a las necesidades de una facultad que es referente en el mundo entero.

-¿Envejecimiento de la plantilla, como en casi todas?

-La media de edad de la USC es altísima, un poco más baja en Física, pero los jóvenes son de 40 para arriba, yo creo. El ritmo de trabajo que hay exige renovar. Ahora mismo se está produciendo un relevo generacional. Todos los que hace treinta y tantos años contribuyeron a crear la facultad están en proceso de jubilación. La siguiente generación pasamos de 40 y no existe una política clara de incorporación. No hay que esperar a que nosotros nos jubilemos, tiene que haber un goteo de incorporaciones. Y los jóvenes traen aires nuevos. Las políticas de captación de personal están muy ligadas a las necesidades de docencia en grado y nosotros tenemos muchas necesidades en investigación y es necesario incorporar gente para poder cumplir con nuestros compromisos y nuestros objetivos. Captamos talento, pero limitados a tres años o cuatro, y esa gente te pregunta por sus expectativas de futuro y no puedes prometer nada. Hay que estabilizar.

-La facultad se queda pequeña para una demanda cada vez mayor tanto por parte del alumnado como de los grupos de investigación. ¿Necesitan mejoras?

-Es un edificio viejo, de unos 37 años, apenas reformado y lo necesita. Antes teníamos una tasa de abandono que superaba el 40 % pero la hemos reducido a un 10 % o un 12 %. Eso provocó que la matrícula en los cursos superiores se incrementase y ahora rozamos el límite; corremos el riesgo de que no haya espacio. Tenemos, además, dos aulas en Monte da Condesa infrautilizadas porque no reúnen las condiciones, y nosotros no podemos costearlo. Y para alojar al personal investigador y los equipos necesitamos despachos y laboratorios. Hay una obra solicitada desde los tiempos de Pajares que todavía no empezó.

-Y luego está el dinero, que siempre resulta insuficiente.

-Los grupos de investigación están teniendo bastante éxito en la captación de fondos, pero los centros y los departamentos tienen un presupuesto muy justo. Fue peor con la crisis, sobre todo entre el 2011 y el 2016. En el último año mejoró, pero tenemos dos departamentos muy grandes y la asignación debería tener más en cuenta el número de miembros.

«Hay que mejorar la imagen del profesor universitario»

 

 

Tiene por delante cuatro años en los que espera cumplir los objetivos que ya se ha marcado.

-¿Algún reto nuevo?

-Tenemos pendiente la relación con los egresados, porque ellos nos van a dar una información valiosa de lo que funciona y lo que no. Queremos cuidar la cantera, la enseñanza preuniversitaria. Ya lo hacemos a través de distintos programas con el objetivo de dar visibilidad a nuestra oferta y acercar la física a la sociedad.

-¿Objetivos de su mandato?

-Consolidar la oferta docente y la demanda. Los dobles grados van fenomenal y tenemos titulaciones de másteres con demanda variable; hemos fusionado tres de los que inicialmente ofertábamos para adecuarnos a los requisitos normativos. Ya dije que nos adaptamos a las necesidades. En cambio, los programas de doctorado van muy bien, se leen más de doce tesis al año. Y ya comenté lo de mejorar la relación con los egresados, pero también con la industria; aunque ya ofrecemos prácticas externas tenemos que mejorarlo. Debemos, además, hacer una reflexión sobre la docencia on line, para no perder el tren. Y tenemos el reto de mejorar la formación experimental del alumnado.

-¿Cómo le gustaría despedirse?

-Lo ideal sería mantener el nivel de confianza que hay ahora en la facultad, consolidar la docencia y contribuir en la medida de lo posible al fortalecimiento de las grandes, y no tan grandes, estructuras de investigación.

-¿Algún deseo?

-Me gustaría insistir en la necesidad de mejorar la imagen del profesor universitario, que su actividad no solo se limita a la docencia sino que hay mucho trabajo de investigación en el que invertimos también mucho tiempo. Hay un nivel de competencia muy alto y este esfuerzo es necesario valorarlo.