El siniestro ferroviario que hace 66 años segó 11 vidas aún conmociona a Padrón

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

MERCE ARES

Sucedió en Pazos, al chocar los vagones de un tren de mercancías con uno de viajeros

03 jun 2018 . Actualizado a las 04:50 h.

Son muchos vecinos en Padrón los que todavía recuerdan, y muy bien, un terrible accidente ferroviario que ocurrió en Pazos hace 66 años (se cumplieron el pasado día 20 de mayo), en el que murieron calcinadas once personas, según datos oficiales, y muchas más resultaron heridas. El que fue uno de los peores siniestros ferroviarios de Galicia hasta la tragedia de Angrois tuvo lugar en la recta de Cambelas, aproximadamente donde hoy está el paso elevado sobre la vía.

Una de las personas que recuerda bien aquel día es Manuel Riobó Rial, que ahora está a punto de cumplir 79 años y por entonces los 13. Él estaba trabajando de peón de albañilería muy cerca de donde se produjo el accidente, ocurrido después de que doce vagones de un tren de mercancías, que estaba parado en la estación de A Escravitude y que iba en dirección Santiago, se soltaran, continuaran en sentido contrario y chocaran contra el expreso Madrid-Santiago, que acababa de efectuar su última parada en la estación de Padrón.

Dos de los vagones que se soltaron del mercancías, y que se deslizaron por una pendiente hasta alcanzar el tren de viajeros, contenían unos 45.000 litros de combustible, por lo que se produjo una explosión y un incendio. «En cinco minutos cheguei ao sitio e todo estaba en llamas», relata Manuel Riobó, que asegura que el suceso «impactou moito na zona polos mortos e os feridos». También recuerda que pronto comenzó a llegar mucha gente al lugar para interesarse por lo que había pasado, pero «tamén para axudar». Cuenta la prensa de entonces, facilitada por el historiador padronés Eloi Rodríguez Carbia, fotografía incluida, que una vecina del lugar de Pazos que regresaba de trabajar en las fincas alertó al fogonero del convoy de pasajeros levantando los brazos, pero el maquinista no pudo evitar el choque, que originó el incendio al explotar las dos cisternas cargadas de combustible.

Volvió al convoy a por sus hijas

La locomotora del tren de viajeros quedó completamente destrozada y dos vagones acabaron montados sobre el coche de primera, en el que viajaban 14 personas. Entre ellas estaban la esposa y las dos hijas del jefe de la estación de A Escravitude, que perecieron. La mujer era maestra nacional y regresaba tras finalizar sus clases. Según testimonios de la época, aquella mujer pudo salvarse, pero al darse cuenta de que faltaban sus hijas volvió al convoy, donde le sorprendió una de las explosiones. Entre los muertos se encontraban también el fogonero y el maquinista.

Los pasajeros, ayudados por los vecinos que se acercaron al lugar, desengancharon los vagones de segunda contiguos al de primera, evitando así que el fuego se propagara por todo el tren. Entre las causas del siniestro, la prensa de la época apuntaba a un mal funcionamiento de los frenos de los vagones del mercancías.

El vecino de Pazos Manuel Riobó recuerda que, tras el accidente, la circulación ferroviaria tardó unos días en restablecerse en este punto y lo hizo por una vía alternativa construida para tal fin. Así, en los primeros días los traslados se hacían en autobús. «A vía quedou desfeita», cuenta Manuel, que recuerda que en esa zona de Padrón por entonces no había carretera y todo eran fincas. Llegaban hasta la vía férrea y estaban «todas sembradas».

Tras el accidente, las autoridades tardaron varios meses en retirar el material calcinado. «Os rapaces aproveitamos para venderlle ao chatarreiro toda a chatarra do tren que encontramos. Tamén houbo quen levou louza», asegura Manuel, que destaca que los vagones del mercancías también transportaban cereales, loza y herraduras.

Este accidente ferroviario de hace 66 años era el más grave de Galicia hasta que sucedió la tragedia de Angrois, hace cinco años, con 80 fallecidos. Curiosamente, los vagones del Alvia están depositados desde entonces en una explanada próxima a la zona donde ocurrió el de Pazos.