Raxoi fija nuevas normas para otorgar honores y revisará los del franquismo

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

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El pleno debatirá hoy un reglamento que sustituirá al de 1955 y que apuesta por la paridad en las distinciones

24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento se dotará esta tarde de un nuevo reglamento para la concesión de condecoraciones municipales. Aunque con alguna modificación en 1966, el actual data de 1955, lo que ha garantizado la unanimidad corporativa en torno a la necesidad de darle carpetazo. Pero no expresamente en torno al texto que defenderá Compostela Aberta (CA) para su aprobación inicial. Aunque la pretensión es que el consenso guíe la concesión de esas distinciones, el PP al menos no comparte la mayoría absoluta que se propone en ausencia de esa unanimidad. Y plantea que sea una mayoría cualificada de dos tercios, lo que garantizaría, dice, mayor «pluralidade» de la corporación y que una minoría no pueda bloquear un posible acuerdo.

Esa será la cuestión que centrará el debate de esta tarde. El posterior, una vez que el texto esté en vigor -tras su exposición y aprobación definitiva-, entrará ya en nombres. Tanto en los que están propuestos para recibir alguna de las siete distinciones que recoge el nuevo reglamento (alcalde o concejal de honra, hijo predilecto o adoptivo, llave de oro, medalla de oro, ilustre visitante, ciudadano distinguido y cronista oficial) como aquellos a quienes se retirarán las recibidas. Porque a la primera reunión del Consello Asesor de Condecoracións irán ya propuestas en uno y otro sentido. Entre las primeras son numerosas las iniciativas formuladas para condecoraciones y para nombrar calles o espacios públicos, que igualmente regula el nuevo texto. También será numerosa la propuesta de retirada de condecoraciones. CA llevará a esa primera reunión la iniciativa de revocar aquellas que «entendemos que vulneren a Lei da Memoria Histórica», afirma Manuel Dios (CA). «Hai unhas cantas», dice. Desde mediados de los sesenta se concedieron una treintena a ministros y cargos intermedios del régimen, aunque habrá que analizar caso por caso. El criterio del gobierno es depurar las distinciones de «persoas vinculadas politicamente co réxime franquista ou outros ditatoriais», afirman desde CA, aunque será ese consejo el que resuelva si se tramitan.

También será el que fije la prelación en la concesión de las distinciones que están sobre la mesa. Desde que se creó la comisión para revisar el texto, en enero del 2017, se paralizó cualquier proceso hasta disponer del reglamento que dejará atrás el anacronismo que supone el actual, que en buena medida está en desuso. Al menos así es en el caso de la denominación de algunas de sus distinciones, que ahora desaparecerán también oficialmente.

La paridad estará muy presente en esa prelación. El reglamento alude a la equidad y Dios sostiene que esa es la «vontade da corporación» y que habrá que hacerlo de forma equilibrada entre unas y otras distinciones. El PSOE valora positivamente esa equidad y entiende que restará peso a la antigüedad de las propuestas existentes, mientras que el BNG, que hace tiempo planteó una decena de mujeres, defiende como «prioritario» visibilizarlas y compensar ese desequilibrio.

La USC le retiró en el 2006 a Franco el honoris causa que le había concedido  en 1965

El gobierno local estaba esperando por este nuevo texto para formular la revisión de aquellas distinciones incompatibles con la Ley de la Memoria Histórica. Pero entre las instituciones compostelanas ya se ha dado algún caso. Lo hacía la Universidade a finales del 2006, un año antes de la promulgación de dicha ley. La USC retiraba entonces el honoris causa en Ciencias concedido a Franco en 1965. Lo hacía por «no reunir los méritos académicos».