Una manifestación recorrerá las calles de la capital gallega para frenar el proyecto minero de Touro

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xoán A. Soler

Las plataformas en Defensa da Ría de Arousa y la vecinal reclaman que sea rechazado ante los «riscos socias, ambientais e para a saúde»

22 may 2018 . Actualizado a las 18:35 h.

«Non queremos unha herdanza envelenada». Este es el lema que encabezará la manifestación que recorrerá las calles de Compostela el 10 de junio para frenar la mina de Touro. Convocada por la plataforma vecinal y la de Defensa da Ría de Arousa, reclamará a la Xunta que pare el proyecto que promueve la reactivación de la antigua mina de cobre por sus «riscos sociais, ambientais e para a saúde». Solicitarán, además, la recuperación ambiental de los terrenos y los canales de agua afectados por la antigua explotación y que la zona se declare espacio protegido «pola súa vinculación coa rede Natura 2000»

Una treintena de personas respaldaron la presentación de esta nueva iniciativa en la capital gallega. Entre ellas, Aida Suárez y Julia Barbosa de la plataforma vecinal Mina Touro-O Pino Non; Xoaquín Rubido (Xocas), presidente de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA); y el patrón mayor de A Illa, Juan José Rial. 

Suárez advirtió de las prácticas de la empresa con sede en Chipre Atalaya Mining, que está tras el proyecto -propietaria y explotadora de las Minas de Riotinto-, y denunció que la Administración gallega «non fixo nada para evitar nestes últimos 30 anos que estas empresas contaminen ríos, fervenzas e aguas; e incluso destrúan bens do patrimonio histórico». «No proceso de extracción do cobre vanse empregar entre 9 e 16 toneladas de explosivos, con emisións de pó que afectan a 15 kilómetros e van a chegar á propia cidade de Compostela», al tiempo que se contempla la utilización de 15.000 toneladas de productos químicos peligrosos, añadió. La representante de la plataforma vecinal también reparó en la creación de dos balsas de lodo «quilométricas», cuya rotura pone en peligro a los vecinos de la aldea de Arinteiro. 

Suárez dijo que, entre las consecuencias, se verán afectadas 700 hectáreas -ampliables a 1.800-, la destrucción de aguas municipales, el desvío de dos regatos y la destrucción de puestos de trabajo, además de una afección directa al área del Camiño de Santiago por el concello de O Pino. La plataforma vecinal reclamó el apoyo de todos los vecinos para que los ayuntamientos afectados y la Xunta rechacen el proyecto, que en este momento se encuentra pendiente del informe de evaluación ambiental. 

Rial recordó, apoyándose en los datos del 2016, de la importancia del sector que vive de la ría de Arousa, donde desemboca el río Ulla y cara el que se drenan los terrenos y cursos de agua del proyecto minero. El patrón mayor de A Illa subrayó que de esa ría dependen el 44 % de las mariscadoras de a pie, más del 41 % de las embarcaciones de artes menores, el 68,7 % de las bateas de mejillón de Galicia, al tiempo que las lonjas arousanas mueven más 91 millones de euros anuales, por lo que muchas familias viven de ella. «Se se aproba este proxecto porá en perigo a toda a actividade socieconómica que hai na pesca e na agricultura», concluyó Rial. 

«Esta non é unha mina calquera, é unha megamina, algo impensable en Galicia, de dimensións proporcionais á catástrofe que pode producir no medio ambiente», señaló Rubido, quien hizo hincapié en que la actividad minera puede llegar a abarcar una superficie equivalente a la mitad de todos los concellos de Barbanza y en su drenaje hacia el tramo medio del río Ulla, por lo que calcula que tardará medio día en llegar a la ría la contaminación, tanto la crónica (la producida en el día a día) como la que pudiera derivar de una posible rotura o fisura de una de las balsas. «É unha ameaza real», incidió, «que vai producir uns danos irreparables e irreversibles. A contaminación vai permanecer para os fillos dos nosos fillos, de ahí o lema de "Non queremos unha herdanza envelenada"». Reclamó al presidente de la Xunta y a su Gobierno que piense en Galicia. «Esto é unha decisión política, a proba do algodón», dijo, que demostrará si apuestan por un modelo «espoliador que vén de fóra polo cobre e o que nos deixa é destrucción e miseria» o por el de la ría de Arousa, que genera empleo, valor añadido y riqueza. Además, destacó Rubido que la cuenca del Ulla abastece de agua potable a trece concellos de la zona, que suman más de 150.000 habitantes (sin contar la población estival), «que van beber augas con partículas en suspensión de metais pesados». Por tanto, indicó, no afectará solo al sector primario, también a la población y al sector turístico, al tiempo que «destruirá emprego e o noso modelo productivo, que ten tamén un significado identitario».