Vite precisa 110 ascensores para dar accesibilidad a sus 1.200 viviendas

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

La mayoría pueden instalarse en el interior, con cambios en las escaleras, o en patios

11 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de un centenar de ascensores. En concreto, 110. Son los que precisa el polígono de Vite (5 edificios ya los han instalado) para asegurar la accesibilidad sin barreras a sus más de 1.200 viviendas. Eso y en muchos casos en el exterior de los bloques que tienen escaleras en su acceso. Y no son pocos, según los cinco estudios de detalle que fijarán las condiciones en que deberán afrontarse esas actuaciones y tratarse las fachadas, además de avanzar soluciones para la reurbanización de los espacios públicos. Cuatro de ellos ya están en período de exposición pública y las distintas soluciones para la instalación de los ascensores pueden conocerse a través de los paneles informativos dispuestos en el centro cívico del barrio.

El propio origen del polígono (ejecutado en fases), sus dimensiones y su variedad arquitectónica justifican esa división por ámbitos diferenciados. Porque aunque las necesidades de actuar en fachadas y cubiertas para optimizar el rendimiento energético de los inmuebles pueden ser similares, no lo son ni las soluciones para la accesibilidad sin barreras ni las claves reurbanizadoras, tan diversas como el diseño urbanístico del barrio.

De hecho, buena parte de los ascensores podrán localizarse en el interior de los inmuebles o de sus patios. Pero no en todos los casos ni con la misma afectación. En el ámbito número 5 (calles Blanco Amor y Otero Pedrayo), algunos habrán de ser necesariamente exteriores. El núcleo de escaleras dificulta la instalación interior, al menos en algunos de los edificios construidos en bloque lineal, donde el ascensor deberá ir adosado a la fachada posterior. Esa solución requerirá ocupación de espacio público, una posibilidad que amparará el estudio de detalle en todo el polígono cuando se precise. En los edificios individuales de esta fase (en torreta), el ascensor se resolverá dentro de la parcela privada, lo que obligará a reducir los tendederos, si bien mantendrá las actuales escaleras, el único caso en el que no habrá que tocarlas junto con los bloques del ámbito 4, que coge parte de la avenida Castelao y las calles García Lorca y Celso Emilio Ferreiro. Aquí los ascensores se prevén por el patio, aunque también es posible su instalación en el hueco de la escalera, si bien serían más reducidos. Y aunque no se plantea como la idónea, tampoco se descarta esta solución, porque en algunos casos su localización en el patio inutilizaría plazas de garaje y trasteros. Ahora mismo hay instalados ya los dos ejemplos en García Lorca, pues al no ocupar espacio público no dependen del estudio de detalle.

En los demás ámbitos, las escaleras tendrán que reordenarse para dar cabida a los ascensores. Así será en el ámbito 1, el de Belén (parte de la avenida Castelao y las calles Ulpiano Villanueva, Domingo de Andrade y Xesús Carro), aunque aun con ello los ascensores sobresaldrán algo sobre la fachada. Una solución totalmente interior invadiría los salones de unas viviendas ya exiguas e inutilizaría funcionalmente los locales de la planta baja. En el ámbito 2 (avenida de Castelao y Alexandre Bóveda), con una orografía marcada por su proximidad a la vaguada, habrá varios modelos de intervención que afectarán de distinto modo al núcleo de escaleras, aunque en todas habrá cambios. Un elemento común a esta fase será la definición de espacios cubiertos de acceso al portal, para resguardo de los residentes.

El de Carlos Maside, un ámbito aislado del resto del polígono

Está físicamente en el centro del polígono y sin embargo es como una isla dentro de él. La fase construida en la calle Carlos Maside se ha convertido en una prolongada vía sin salida en la que la línea edificatoria residencial carece de conexiones peatonales transversales con el resto del barrio. Aunque se había previsto la planta baja libre y abierta al espacio público a modo de corredor exterior, su cierre y subdivisión en trasteros bloqueó esas comunicaciones y, salvo un único pasadizo exiguo, el edificio actúa como una barrera y favorece el aislamiento de la zona. Así lo recoge el estudio de detalle del que es el ámbito 3 de actuación junto con los tres bloques lineales de la calle Irmandiños. Y precisamente ese documento advierte que no tiene sentido implantar ascensores si previamente no se resuelven los «graves problemas de movilidad peatonal en los recorridos públicos de acceso a los vestíbulos comunitarios de los edificios».

Para este ámbito se estudiaron tres posibilidades de instalación de ascensor y la más valorada desde el punto de vista social, técnico y económico es su localización interior. Como en otras fases del polígono, esa solución obligará a desplazar la escalera ya que la fachada sobresaldrá 2,2 metros en planta baja.

Las ARI tardarían al menos 15 años en acondicionarse con el ritmo actual de subvenciones

Los fondos de este año darán para unas diez intervenciones

r.m.

Con el actual ritmo de ayudas públicas para las tres áreas de rehabilitación integral (ARI) declaradas en Santiago (Vista Alegre, Vite y Pontepedriña) se precisarían más de 15 años para instalar todos los ascensores. Tres largos lustros. El 1,4 millones de euros disponibles este año darán para diez actuaciones, que normalmente van acompañadas de mejoras en las envolventes del edificio. Es la media que maneja el Ayuntamiento. Las tres ARI suman 180 bloques de viviendas, lo que deja todavía en el horizonte más de 160 elevadores, descontando los 18 que ya se han instalado o licenciado en Vista Alegre y los cinco que funcionan en Vite.

Dependientes de los recursos que habilitan las Administraciones central y autonómica, el Concello demanda más fondos. Así lo ha hecho ya ante ambas. Según el edil de Urbanismo, Jorge Duarte, hay que superar claramente esa decena de intervenciones anuales para dar solución a una parte de la población que por falta de accesibilidad tiene dificultades para disfrutar del «espazo público» o claramente no puede hacerlo. «Este é un grave problema para a xente que vive nestes edificios», resuelve el edil, quien justifica en la «gravidade do problema» la decisión del Concello de habilitar su propia línea de ayudas, una línea que complementará las que financian Madrid y Galicia y que podrían llegar hasta el 100 % según las condiciones económicas de los titulares de las viviendas. Quienes no lleguen a 1,5 veces el salario mínimo interprofesional podrán mejorar la parte subvencionable con aportación municipal. Pero la complementariedad hasta cubrir todo el coste será para quienes no lleguen al mínimo. Eso sí, la aportación municipal habrá que devolverla si se vende la propiedad o cuando pase a herederos.

La convocatoria de este año no ha salido todavía, pero se cuenta con que cuatro de las diez actuaciones previstas sean para Vista Alegre y que Vite y Pontepedriña, con sus estudios de detalle en proceso de exposición pública en algunos casos (en otros a punto de abrirse), se repartan a partes iguales las otras seis. Para ello, las comunidades interesadas habrán de tener proyecto disponible y estar inscritas en el programa abierto por Raxoi para optar a las convocatorias. Las bases de este año incluirán que las obras puedan concluirse en el 2019, ante el tiempo que requirió la notificación de los estudios de detalle a los interesados

El 45 %

Subvención para ascensores

Ayuda máxima para afrontar el gasto de instalación en las ARI. Solo fachadas, el 35 %.

1.400.000 euros

Para este año

Es el importe de las ayudas para repartir entre los tres barrios con ARI de la ciudad.

180

Los bloques de las ARI

Vista Alegre tiene 47 bloques, Vite 115 y los dos polígonos de Pontepedriña suman 18, aunque con más de 40 portales.

La reurbanización comenzará este año por García Lorca

Fachadas, cubiertas y reurbanización exterior son también objeto de actuación en las zonas ARI. Y para ellas también fijan parámetros los estudios de detalle, sobre todo en materia de homogeneización de fachadas. Dada la variedad de fases de Vite, las actuaciones serán distintas en cada caso, aunque en esencia se trata de mantener su aspecto original tras mejorar las condiciones envolventes e introducir los cambios exteriores que requieran la instalación de ascensores. Las claves de la reurbanización exterior -que deberá afrontar el Concello y que también se prevé larga- serán diversas, como lo son la actual organización de la movilidad, de las zonas de paso y de los espacios verdes del ámbito. Pero mejorarán los tránsitos peatonales y las condiciones de disfrute del espacio público. Un plan plurianual proyecta ya la inversión de más de 2 millones de euros, que comenzará este año con 600.000 euros para la calle García Lorca.

Isolina Barreiro: «Las ayudas llegan a cuentagotas»

Aunque en la zona de García Lorca ya hay edificios que han instalado ascensores -los que no requieren la ocupación de espacio público no dependen de la aprobación de los estudios de detalle-, el escepticismo campa entre buena parte de los residentes de Vite. Solo han de mirar para Vista Alegre para saber que esto va para largo. El barrio vecino «sírvenos de baremo», afirma Lorenzo Otero, presidente de la asociación vecinal Otero Pedraio, que agrupa a los residentes de esa calle.

Sin embargo, no es solo ese el problema que preocupa en un barrio donde la población se hace mayor y las pensiones son limitadas. «Hai moita xente maior que está cobrando xubilacións baixas, moita viúva; o problema é bastante preocupante nese aspecto», sostiene Otero en sintonía con Isolina Barreiro, presidenta de la asociación vecinal Guadalupe-A Ponderosa. Porque la cuestión ya no es que las subvenciones lleguen «a cuentagotas», sino que no se cobran hasta que la obra está hecha, «y hay algunos bloques en los que ya cuesta pagar la comunidad», dice esta. «¡Cómo para ponerse a hacer un proyecto y pagar las tasas sin saber antes si van a tener la subvención!», afirma Barreiro, quien percibe «negatividad» en muchos casos para afrontar esas mejoras. Porque no solo tendrían que adelantar un dinero que mucha gente «no tiene», sino que además hay «mayores que no tienen quien les haga las cosas y no pueden pagar una gestoría». Porque en la oficina municipal informan, pero «no resuelven todo lo que precisamos» y aunque se explicaron los pasos a seguir en una reunión, «entre la gente mayor no saben»: hay que contratar el proyecto, buscar presupuestos de obra, aparejador... En ese sentido, cree que el Concello debe «estar más cerca del ciudadano». El edil Jorge Duarte afirma que la Administración no puede pagar las subvenciones hasta que la obra esté hecha, pero apunta que «o que hai son opcións para ver con entidades financeiras ou coa adxudicataria da obra para facilidades de pago».