Siete proyectos y unos Caminos que al fin vestirán mejores galas

Xosé manuel cambeiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

ABRALDES

29 abr 2018 . Actualizado a las 09:18 h.

Siete proyectos para siete puntos del Camino. Presenta resonancias cinematográficas. El lenguaje es más prosaico que el de Stanley Donen, pero la acción de Xunta y Concello persigue la belleza como los hermanos de marras. Que las rutas de peregrinación evidencien detalles pordioseros, chapuceros e inadecuados a lo largo de sus tramos no significa que su hermosura histórica y cultural esté en entredicho. Ni tampoco la beldad física en largos paisajes verdes, patrimoniales o simplemente bien cuidados. Los cuidadores de turno tienen la palabra en cada territorio.

Esa palabra la están pronunciando las administraciones gallega y compostelana en las entradas de la ciudad. El número siete ve acrecentada su nombraría histórica con las siete actuaciones jacobeas programadas, en el marco de una interminable retahíla de consagraciones del número: siete días de la creación, siete de la semana, siete pecados capitales, siete mares, siete enanitos, siete cabritillos, siete sabios de Grecia, siete bellas artes, siete cielos musulmanes,....

Aunque solo sea por esa virtualidad del guarismo, existe una responsabilidad con las rutas jacobeas. Bien es cierto que el hito numérico solo surge para animar a la parroquia y a sus administradores, ya que a la hora de actuar sobre los accesos jacobeos pesa más la historia del Camino que la del siete. En esas entradas a la ciudad, el urbanismo peca siete veces y no podría perdonarse ya setenta veces siete la pobre fisonomía urbana de unos viales por los que entran hoy centenares de miles de peregrinos al año.

El cuadro a enmarcar de Ethel Vázquez y Martiño Noriega, con Xerardo Estévez al fondo, ofrece una estampa plena de simbolismo. Es la imagen de la colaboración política para realzar un patrimonio de antaño, de hoy y de siempre. Y para ofrecerle una mejor estampa a los caminantes cuando entran en la ciudad santuario que vigorizó la fuerza de sus pies y de su cabeza.

La presencia de Estévez garantiza siete magníficos retazos urbanos en las fachadas de la ciudad, a los que no se les va a hacer precisamente ningún «siete». Simboliza también la colaboración interadministrativa que imperó durante su mandato y que se refleja en este Santiago moderno y europeizado, ese que exige que los Caminos estén impecables.

Las pilas puestas

Sin destripar el final, las administraciones se han puesto coordinadamente las pilas para que las fechas del 2021 y 2027 emerjan brillantes. Si una administración desplaza a otra con una patada en el trasero, siempre puede decir que las pilas de la coordinación eran de mala calidad y se han agotado. El contenedor está lleno de este tipo de baterías.

Aunque los símbolos reinan en esta crónica, el programa en ciernes del Xacobeo no puede ser simbólico, sino bien visible y laudable. La ciudadanía y la parroquia turística arden en deseos de destapar las sorpresas que encierra la agenda 2021 de Cecilia Pereira, quien guarda como oro en paño la carpeta de 1993.

Descuajeringó un poco los ánimos xacobeos la partida del Consorcio brindada por Madrid. Si la grandeza jacobea tiene cabida en la mente del Gobierno, este pondrá guarismos a su altura en los presupuestos. Ya sabemos que una millonada plurianual aterrizó en la basílica, pero eso no basta para envolver la inmensidad del único evento histórico y físico que alegoriza la unidad de Europa. Y la grandiosidad de la ciudad-alhaja que culmina los desvelos y emociones de caminantes de 170 países del mundo. Sí, queda algún pueblo remoto que aún no se acercó a las barbas del Apóstol. Pero lo hará.

Ya que de Madrid se trata, es preciso dar unas paladas de crónica (en el terreno le corresponde al Gobierno) a las infraestructuras. Íñigo de la Serna está en la onda. Movió el dial de un lado a otro y acertó a dar un paso para acercar la autopista a los compostelanos. Otro más, y la acercará a los empresarios del norte, a los usuarios de la autovía de Lavacolla, sin discriminación de razas, colores ni direcciones, y a los viajeros del aeropuerto. Un detalle: solo con los pinchos de inauguración de las radiales de Madrid podría estar financiada y hecha la rotonda de Conxo. Pónganle una partida específica.

Santiago, hermanado con la villa morena

 

 

El levantamiento prácticamente incruento del 25 de abril, que llevó al democracia a Portugal y dejó algo huerfanito a Franco sin el salazarismo, fue recibido con júbilo y envidia por los demócratas hispanos. Compostela ha conmemorado ese hito y ha enlazado más Galicia con Portugal mediante una serie de actos, con Xulio Villaverde como cabeza visible. Santiago ostenta una vinculación simbólica con el 25 de abril, puesto que fue en el Burgo das Nacións donde Zeca Afonso estrenó «Grándola Vila Morena», la canción que dos daños después le abriría las puertas de la democracia al país vecino. El cantautor luso dio nombre a un parque en ese lugar, en el que se echa en falta un hito conmemorativo. Los orgullos de los ciudad no pueden esconderse, y el de José Afonso en el Burgo representa un cuadro de honor en la historia reciente.