Un cuento para recaudar fondos a favor de causas sociales en Santiago

María J. Castro (Compostela, 1972) llevaba tiempo dándole vueltas al final de un cuento que tenía en el cajón. Quería que fuese positivo, que se resolviese sin violencia y de un modo enriquecedor. Las últimas líneas de La pasión de Abuj responden al mismo espíritu de su autora. Una mujer comprometida. La santiaguesa no solo es impulsora de la campaña solidaria Juntos Podemos desde hace casi un decenio, también contribuye con pequeñas obras hechas con mucho mimo porque «creo que todos podemos aportar un poquito», dice.

La pasión de Abuj es su segundo libro y, como con el anterior, ha decidido que los beneficios vayan destinados a una causa social. El primero, Una hermanita nacida en el corazón, que trata sobre la adopción de su hija en Vietnam, sirvió para apoyar a la Fundación Andrea. Y los derechos de la nueva publicación, una vez cubiertos los costes de autoedición, serán donados a favor del albergue de San Francisco o para el proyecto Vagalume (da atención integral a prostitutas y sus hijos). «Si puedo aportar dinero, será para el que en ese momento más lo necesite», indica la compostelana.

La de Abuj «es una historia totalmente inventada», reconoce su autora, una economista del Sergas, ávida lectora y escritora por vocación, por afición y como terapia. «Gira en torno a sentimientos positivos: de amor, de amistad, de respeto...», dice María Castro. «Todo parte de la imaginación. Los nombres son inventados, el lugar también y camina sobre lo ficticio para que tú nunca lo lleves a un lugar que hayas conocido. Pero eso no quiere decir que no nos sintamos identificados con algunos de los personajes, porque empiezan siendo niños y se desarrolla su infancia en una narración muy breve hasta que son adultos. Entonces sus vidas se separan, pero no definitivamente», señala.

Una historia de aceptación

Los protagonistas de la historia son Abuj y Morashí. Él es una persona emprendedora, muy extrovertida, con muchas ganas de salir del pueblo en el que nace. Y ella es todo lo contrario: introvertida, muy dependiente de él y conformista en las pequeñas cosas. Como tantas otras parejas, «empiezan a vivir juntos hasta que se dan cuenta de que sus necesidades no son las mismas», explica Castro.

Ambos llegan a distanciarse, pero la vida hace que todo confluya para que Abuj necesite volver a verla, ya de adultos. Y aprenden a reencontrarse y a aceptarse, a pesar de las diferencias que los separan. «La pasión de Abuj es una necesidad y hay que aceptarla, pero también hay que respetar a la otra persona como es. Es una historia de respeto», subraya.

A pesar de ser un cuento de una escritora no profesional, se han cultivado hasta los últimos detalles del libro, que edita Origami. «El papel se ha elegido con cuidado, estuve pendiente de cada proceso de la maquetación hasta el final y se puede decir que es casi artesanal. Nos faltó coserlo», bromea María Castro.

«Ha sido un proceso muy largo porque no acabábamos de darle el traje a medida que queríamos. Lo ilustramos entre tres personas (la propia María; su profesora de dibujo, Julia Jiménez; y Azul, que reprodujo poemas clásicos chinos), con lienzos hechos a mano en pastel y acrílico. Tiene un soporte real por detrás que ha supuesto dos años de trabajo de pintura y luego hacer las fotos de los cuadros y el texto», explica.

«Gané amigas con este trabajo. Formamos un buen equipo», dice Castro, quien explica que La pasión de Abuj vio la luz el día en que falleció su cuñado, a quien dedica el libro. La santiaguesa avanza que ya tiene otro, el tercero, en manos de una editorial, esperando su turno.

La autora. María J. Castro Gigirey es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la USC. La compostelana trabaja actualmente en el hospital, como economista. Ha sido patrona de Blusens en la Fundación Andrea hasta el año 2010 y coordinadora de la campaña solidaria Juntos Podemos.

---

---

---