Jorge Ruiz: «No hay muchas salas en España con el encanto de la Capitol, es un lujo tocar ahí»

SANTIAGO CIUDAD

CEDIDA

El líder de Maldita Nerea repasará con el grupo, este sábado en Santiago, sus nuevos temas y los éxitos que han ido cosechando

25 abr 2018 . Actualizado a las 12:00 h.

Jorge Ruiz (Murcia, 1975), es de esos compositores que dan valor a la palabra. El líder de Maldita Nerea disfruta en los directos cuando el público corea y degusta con él cada frase. La banda volverá a contagiar de positivismo al público, este sábado a partir de las diez de la noche, de la Sala Capitol de Santiago, en la que sonarán los temas de su nuevo cedé, Bailarina, y algunos de los muchos éxitos que los murcianos han cosechado en los últimos años. Para asistir al único concierto de la gira programado en Galicia, Oferplan ha lanzado una promoción especial con un 32 % de descuento sobre el precio original. Las entradas de esta oferta, con un cupo limitado, salen a 18,90 euros.

Presentan el séptimo disco, ¿habrían creído que esto sería posible cuando empezó a sonar su primer éxito en el 2007?

- No. Estas cosas sabes cómo empiezan pero no cómo acaban. Es lo que tiene la vida, que te va llevando por donde ella dicta. Lo quieres creer, pero no sabes nunca qué pasará. Y aquí estamos, más vivos que nunca.

Dice que «Bailarina», su último disco, es un homenaje al lado femenino, ¿pero qué lo diferencia de otros?

- Son dos polaridades del mismo ser, ambas necesarias y complementarias. El lado femenino es aquel que crea, que escucha, que pausa, que recibe virtudes súper positivas pero, no sé por qué extraña razón los dejamos de lado por buscar, por hacer, por producir... Vamos muy deprisa y todo se descompensa. La bailarina se queda ahí sentada pensando: ‘¿por qué no salgo a bailar?’.

¿Lo de huir de los temas pop sobre el amor y desamor es una cuestión de principios?

- No. Digamos que me interesa el amor propio, el ser. A veces hay un concepto erróneo y se malentiende, pero el amor propio es el más puro, y al igual que el egoísmo no es algo malo. El egoísmo, bien entendido, es dar lo mejor de ti para ofrecer a los demás y para eso tienes que quererte mucho. Nosotros no tenemos muchas canciones que hablan de amor y desamor, sino de amor propio, para que uno se quiera, no para que nos quieran.

Siguen apostando por letras en español con contenido, en un mercado en el que los anglicismos están a la orden del día, ¿se plantearon en algún momento dar el salto al inglés?

- No, por una simple razón. A penas controlo el español, imagínate con el inglés. Al final lo que escribes tiene que ser verdad. Ni me he atrevido con el inglés, ni sé, ni lo hablo. De hecho, es el momento histórico donde más auge tiene en todo el mundo el castellano. Los temas latinos han llegado a las listas anglosajonas. Esto antes no pasaba, era raro, y ahora es lo habitual.

Han dicho alguna vez que Nerea simboliza a la música y maldita a lo difícil que resulta vivir de ella. Tras más de una década sobre los escenarios, ¿no debería ser Bendita Nerea?

- No es que sea difícil, sino que es un trabajo, una pasión, de la que no te desprendes. Si aparece una canción en la mitad de una comida con unos amigos y no la grabas lo puedes lamentar. Pero es verdad que la música me lo ha dado todo, es como una madre para mí y trato de honrarla todo lo que puedo.

Sobre el concierto del sábado en Santiago, ¿qué deben esperar de él ese ejército de tortugas (así se autodenominan sus fans) que les siguen allá por donde van?

- Ojalá pase lo que sucedió la última vez, con la pasada gira: primero que haya muy buena entrada, y segundo, que los que entren canten mucho y muy fuerte. Es un poco por lo que yo estoy aquí. Me gusta mucho que las canciones sean cantadas, no cantar yo solo todo el rato.

¿Qué tiene de especial actuar en pequeñas salas?

- Es un poco recordar cómo empezó todo. Además, la Capitol es una sala mítica, con una atmósfera fantástica, ¡y qué voy a decir de la ciudad de Santiago! De verdad que no es por alabar innecesariamente. Es una de esas ciudades antiguas, añejas, con tanta historia... Y una sala como esa, que subsiste a pesar de todo, se convierte en algo muy cercano y verdadero. No es tan habitual actuar en sitios así y yo lo disfruto mucho. No hay muchas salas en España con el encanto de la Capitol, es un lujo tocar ahí.

No sé lo ajustados que andarán de tiempo, pero de tenerlo, ¿cuál es la parada ineludible que harán en Santiago?

- Yo siempre que voy y tengo tiempo salgo a correr por el casco histórico y subo al monte Pedroso. Espero esta vez que los horarios me lo permitan.