En 1982 se realizaron las pruebas de funcionamiento de la nueva planta
22 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace nada menos que 36 años, el entonces alcalde de Santiago, Marcial Castro, acudía a Silvouta para asistir a las pruebas de funcionamiento de la nueva depuradora. La previsión era que las instalaciones entraran en servicio en verano y así, según recogía la crónica de aquel día, «quedará definitivamente resuelto el problema de aguas residuales de la ciudad, que habían convertido en auténticas cloacas las aguas de los ríos Sar y Sarela». La nueva EDAR de Santiago ocuparía 10.000 metros cuadrados. Según se dijo en su día, fue una de las más modernas de Europa y la primera de España que incorporaba un horno crematorio para la incineración de los residuos. Las instalaciones costaron 350 millones de pesetas y el mantenimiento anual se cifró en 30 millones.